28 enero 2014

La zona que supervisa Angie está a punto de descender a un nivel menos alterado en época moderna, por las casas que antes se levantaban allí. Aun así, ya salen materiales interesantes, como varios fragmentos de un vaso canopo que unen entre sí, o dos ostraca de cerámica con un breve texto escrito en demótico, la escritura cursiva común en época tardía y grecorromana. También en la zona de José Miguel y Carlos le quedan un par de días para alcanzar niveles más antiguos y menos alterados.

El pozo también lo habremos acabado de escavar en un par de días, y el sábado comenzaremos a trabajar en el pozo de al lado, a un metro hacia el sur. Ibrahim se está convirtiendo en “el pocero” de Dra Abu el-Naga, en el excavador de pozos por excelencia. La verdad es que maneja el “musterín” como nadie, con un cuidado exquisito, y aguanta el polvo con resignación. Da gusto trabajar a su lado.

Nacho está ya trabajando codo con codo con Abdala, el soldador que ya trabajó con nosotros el año pasado y que es más chuleta que un ocho, se cree Clint Eastwood, pero trabaja bien. Están cortando a medida y soldando la estructura de metal que colgaremos del techo (roto) del pasillo de Djehuty. Y mientras tanto, Joan está montando los apeos del muro del patio de Djehuty para poder excavar por abajo. A veces el yacimiento parece una obra, con el chirrío de la radial sonando sin parar y oliendo a soldadura. Es necesario recalcar lo fundamental que son los trabajos que rodean a la excavación, al trabajo científico y a la restauración, y para eso nuestros arquitectos son de diez.