Trabajo de campo
Viaje a Itaca
La mañana se planteaba tan llena de actividad que no había tiempo de pensar en que era la última.
A primera hora y en el exterior, Sayed Ahmed, Mahmoud, Hamdi y Sayed Mahmoud han terminado de limpiar el yacimiento, de poner el alambre con espinos para vallar el perímetro de las dos tumbas y de tallar la piedra que hacía falta para poner en la puerta de acceso a la tumba.
Mientras, Andrés, en nuestra «jaima», se ha dedicado un día más a hacer fichas de materiales. Puesto que todos los objetos aparecidos deben permanecer en Egipto, la documentación exhaustiva es el único modo de poder continuar trabajando en España.
En el interior de la tumba continuaba el inventario de materiales a cargo de Alicia y Antonio. Ana, después de hacer sus últimas fotos, por este año, de los relieves e inscripciones de la tumba de Djehuty, se ha incorporado también al trabajo de inventariar. José Manuel y Marga han pasado la mañana terminando la memoria que hay que presentar al Servicio de Antigüedades egipcio en Luxor.
A lo largo de la mañana han pasado para despedirse de nosotros Violeta Pereira, directora del equipo argentino, Ibrahim Suleiman, jefe de Inspectores y, por supuesto, Mohamed A. El-Bialy, nuestro socio egipcio que nos ha dicho que está muy contento con el trabajo que hemos desarrollado dentro del Proyecto Djehuty. Por la tarde se pasó con su mujer por el hotel Marsam para decirnos adiós.
Cerca de la una todo estaba listo. Los materiales estaban por fin inventariados y colocados en sus sitios definitivos. Los dos arcones de madera, de gran tamaño, comprados para guardar los objetos más delicados estaban ya repletos y sólo restaba cerrar los candados. Antonio y Alicia recogían las ultimas muestras de suelos y colocaban identificadores en algunas de las grietas de las tumbas de Djehuty y Hori para ver cómo evolucionan con un año por delante. Nuestra «jaima» estaba desmontada y guardada en el interior de la tumba.
Es la hora y hay que cerrar la tumba. Un último vistazo para despedirnos de la estatua de Djehuty y todos salimos fuera. Nuestro «rais» Ali, que hoy igual que nosotros ha estado poco hablador, tiene todo listo para cerrar la tumba de Djehuty. Primero, la puerta de hierro, se cierra como cada día con un candado, ahora además reforzada con un alambre que Ali ha estado preparando.
Trabajo de gabinete
Después comienzan a levantar un muro de piedra y cemento para tapiar toda la parte baja de la puerta. Lo hacen así porque uno de los mayores daños que pueden sufrir estas tumbas son las inundaciones que, aunque esporádicas, producen graves perjuicios.
A las dos, el muro está acabado y la valla lista para cerrarse. Las despedidas con los obreros, inspectores, vecinos de las casas próximas y los niños se alargan hasta encogernos un poco el corazón. La despedida con Ali y Ala la hacemos durante la comida. Fotos. Reparto de direcciones y teléfonos…Ha sido un mes muy intenso.
Decía Kavakis: «Si vas a emprender el viaje hacia Itaca, pide que tu camino sea largo, rico en experiencias, en conocimiento…» Los dioses, sin duda los egipcios, han sido generosos con nosotros. Nos han concedido, todo lo que les habíamos pedido al iniciar este proyecto. Esperemos que el próximo año, también nos sean favorables.