27 Enero 2020

La excavación avanza a buen ritmo en todos los frentes. En el pozo que trabajan David, Ana y Gamal ya casi están llegando al nivel del suelo de la cámara sepulcral este. A ese nivel limpian y documentan los restos humanos de un individuo, aunque junto a su cuerpo se encuentran dos cráneos. A la altura de los pies ha salido a la luz una bolsa de cuero, así que hemos llamado a André Veldmeijer para que bajase al pozo a ver la pieza in situ. André ha montado un pequeño laboratorio en la tumba entre la de Djehuty y la de Hery para analizar detalladamente las sandalias y las bolas de cuero que hemos hallado en pasadas campañas. André confirma que las sandalias rojas del año pasado son verdaderamente excepcionales, que la decoración es única y que el cuero blanco del juego de bolas que hallamos junto a ellas también es muy especial. Sin duda, a pesar de haber sido enterrado en una tumba sencilla, su propietario o propietaria debió pertenecer a la élite tebana.

Laura y José Miguel han estado excavando detrás y en los laterales de la capilla de adobe que salió a la luz el año pasado. Ahora el objetivo es alcanzar el nivel del suelo y seguir excavando hacia los laterales para ver si la estructura tuvo en su día un murete perimetral. A este nivel apenas ha salido material. Por su parte, Angie sigue excavando con Ibrahim entre el jardín y los pozos, alcanzando la roca madre para que no haya desprendimientos que puedan dañar la réplica.

La restauración, al igual que la epigrafía, va muy bien. Todos saben la tarea que han de realizar y el ambiente dentro de la tumba de Djehuty es de concentración total. Marisol y Ana, por su parte, han dedicado gran parte de la jornada a buscar en nuestros almacenes el material de cuero de campañas anteriores para llevárselo a André y que lo analice. André insiste en que los trozos aparentemente más insignificantes pueden ser los más interesantes para su investigación. Por desgracia, tenemos cuatro sandalias y una bola de cuero guardados en el almacén del Servicio de Antigüedades, y desde hace ya unos años se hace muy difícil el conseguir que te lo abran y poder trabajar con el material. Pero bueno, no vale de nada lamentarse. Mañana el Instituto Francés de Arqueología de El Cairo nos presta un microscopio para André, así que tiene trabajo de sobra, como todos nosotros.