En la excavación no todo es excavación. Lucía lleva varios días “encerrada” en la tumba de Baki y Ay pegando fragmentos del Libro de los Muertos de la cámara sepulcral de Djehuty. Es una tarea muy compleja porque los fragmentos del gran puzle tiene los bordes erosionados, por lo que no casan casi nunca con exactitud. También como consecuencia de haberse caído del techo, golpeado contra el suelo y mezclado con otras piedras, la tinta del texto está en muchos casos desvaída y resulta difícil leer los signos escritos. A pesar de todo ello, Lucía ha conseguido unir ya más de veinte fragmentos. Todos ellos provienen del techo, y así , poco a poco, a completando el texto original, que supuestamente le ayudaría al espíritu de Djehuty en su vida en el cielo.
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Amanecer en el patio del Masam.
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Saabut excava en una de las cuadrículas que supervisa David.
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Excavación en le área de Kristian.
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Fragmento de cerámica ptolemaica.
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Pequeños paquetes, tal vez con momias de muselinas y de escarabajos.
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Paquetes de momias de animales en las cámaras subterráneas.
Zulema y Elena trabajan a destajo con la enorme cantidad de cerámica que origina la excavación, de distintas tipologías y cronologías, pero sobre todo de la dinastía XVII y comienzos de la XVIII. Para pegar los fragmentos cuentan con la ayuda de Hazem, y ahora para dibujar hemos vuelto a contar con la ayuda de Ayad. Uno jovencito y otro ya mayorcito, ambos son encantadores, hiper amables y siempre sonrientes. En la jaima de al lado, Curro y Gudelia procesan los materiales, que ya se van acumulando a su alrededor. Y por supuesto, los restauradores siguen de cara a la pared en la sala transversal de Djehuty, retirando con cuidado de la superficie la costra de barro y consolidando las grietas de la piedra.
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Salima y Sahra clasifican huesecillos de ave.
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Vista del yacimiento al final de la jornada.
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Pía recoloca un par de fragmentos de la procesión funeraria en la tumba de Hery.
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Poco a poco estamos volviendo a rellenar el patio de entrada a la tumba de Djehuty.
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José Miguel prepara su zona para fotografiar antes de levantar las cerámicas.
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Pito encaramado a la escalera para sacar fotos cenitales del área de José Miguel.
Cisco, Salima y Megan, con la ayuda de Sahra, continúan la excavación de las cámaras subterráneas llenas de momias de animales y de huesecillos. Los capazos de huesos calcinados salen a docenas, y todos tienen que pasar por la criba. Luego Megan va clasificando los huesos por especies, partes del cuerpo, etc. En un trabajo muy duro, pero enormemente fructífero, pues tenemos la oportunidad de documentar parte de la fauna en la antigua Tebas del siglo II a. C., de documentar el culto relacionado con las momias de animales, y la relación entre el testimonio arqueológico y el testimonio escrito en los grafiti de los sacerdotes encargados del ritual y deposición de las momias.