El equipo se ha reducido a siete y, en consecuencia, el número de trabajadores también ha menguado a la mitad, unos cincuenta. Ana se ha encargado hoy de supervisar a cuatro equipos de excavación y Laura a otros cuatro. Seguimos excavando en un terreno donde predominan las lascas de caliza, no hay cambios en la estratigrafía y el material es relativamente escaso. Por eso pueden gestionar entre las dos tantos grupos de excavadores. Aún así, uno de los grupos de Laura ha hallado una suela de cuero y Ana la parte de debajo de una estatuilla tallada en piedra caliza que representa a un hombre sentado. Este tipo de estatuillas es común en la dinastía XVII y comienzos de la dinastía XVIII, y encontramos una muy parecida en el pozo funerario que supuestamente ocuparon los padres de Djehuty.
Habiendo realizado el jueves el escaneado del Sector 10 y el intento fallido de sobrevolar con el globo el yacimiento, hoy hemos comenzado a recrecer el brocal de los pozos para poder colocar encima el cierre con una malla de metal. Para realizar esta tarea se ha unido al grupo el especialista en construir muros, sobre todo de adobe, Ahmed Tuami, quien lleva trabajando con nosotros ya muchos años y es un auténtico artista, además de ser un tipo muy agradable. Mientras Ahmed trabajaba en el primero pozo, Ibrahim le echó una mano con el segundo excavando alrededor del brocal original para poder luego recrecerlo con mayor facilidad. Al excavar alrededor, sacó a la luz un cuerno muy grande de un bóvido. Tal vez se dejara junto al pozo como ofrenda, tras el sacrificio del animal. También pudiera ser que hubiera formado parte del equipamiento funerario, pues en la dinastía XVII, en Tebas, el Museo Metopolitan de Nueva York encontró hace unos cien años enterramientos con cuernos de bóvidos, una moda que pudiera haber venido desde Nubia.
Para rematar la actividad del día, Pía y yo hemos estado tratando de poner un poco de orden en algunos lugares del yacimiento y temas pendientes. Ella ha guardado en cajas de plástico especiales los fragmentos de la cámara pintada de Djehuty que Lucía ha estado tratando de unir y/o ubicar en las paredes o el techo durante varias campañas. Con la ayuda de varios trabajadores, pues había también bloques de gran tamaño, ha dejado todo listo para bajarlos a la antecámara del pozo, donde quedarán bien guardados en unas estanterías que montamos allí hace varios años. Por mi parte, he revisado y recolocado en tres cajas nuevas los fragmentos de las paredes de la tumba de Hery que no hemos conseguido ubicar en su sitio. Las cajas las hemos metido en un nicho que se abre en una de las paredes de la sala más interna, pues la filosofía es que todo se quede en el lugar de donde procede o en el más próximo posible. La jornada la terminamos trabajando juntos en despejar las tumbas de Baki y de Ay, para dejar los fragmentos de las jambas de entrada a la tumba de Baki junto a la puerta. El “adecentamiento” del yacimiento y sus tumbas juega cada vez más un papel importante si queremos tener el yacimiento listo para abrirse al público a finales del año que viene.