Después del inesperado día de fiesta de ayer, hoy hemos empezado con más ganas si cabe. Los trabajadores del Sector 10 Sur que controla Kristian han trabajado sin parar rebajando el nivel superficial de basura. Mientras, en las cuadrículas de David, los excavadores, Gamal, Saabut e Ibrahim, avanzaban mucho más despacio, con sumo cuidado, pues están sacando a la luz los muros de adobe que acotan la fachada de una tumba excavada en el gebel y de la que por ahora sólo vemos el dintel de entrada. Es muy llamativo que los adobes se conserven en perfecto estado y colocados en el muro como hace 3450 años, cuando tan sólo les separaban 20 cm del suelo de las casas modernas.
Carlos controla la excavación en dos tumbas contiguas, pues ambas están llenas de escombro moderno y no contienen apenas material. Una de ellas, la de Djehuty-nefer, es sin duda importante y tenemos esperanzas de que cuando lleguemos a niveles inferiores, a medio metro del suelo, podamos hallar fragmentos de la decoración original o algún objeto del propietario original.
En el área de José Miguel sigue saliendo bastante cerámica. Todavía quedan unos 20 cm para alcanzar el nivel de los brocales de dos pozos funerarios que sabemos que están en una de las cuadrículas que él controla. Y junto a él, en el pozo que excava el mudir con Yasin, a 3,50 m de profundidad ha comenzado a verse el dintel de entrada a la cámara sepulcral, que parece ser de grandes dimensiones. El dintel está mejor tallado que en los otros pozos ue hemos excavado antes. El relleno sigue siendo de revuelto, con fragmentos de ánfora bizantina y de Baja Época mezclados con cerámica de las dinastía XVII o comienzos de la XVIII, pero la calidad de la talla y las dimensiones de la cámara han reavivado nuestras esperanzas.