En el pozo funerario que se abre delante de la capilla de adobe dentro de la cual hallamos estatuillas de madera (shabtis) y lino con el nombre de Ahmose-Sapair, hemos descendido ya más de cinco metros. Ibrahim y Zaglab son los excavadores y el mudir supervisa y registra los detalles del terreno y del material que va saliendo a la luz, mayoritariamente fragmentos de cerámica. Nos debe quedar todavía un metro más para llegar al final, y luego entrar en la cámara sepulcral.
La cantidad de huesos de ave que Cisco está extrayendo de la cámara sur del pozo funerario de la tumba-capilla de Hery es enorme, capazos y capazos llenos de huesecillos, que luego hay que cribar, analizar, clasificar, registrar, etc. Mientras él se pasa la mañana excavando, sumergido en las profundidades del profundo y oscuro pozo (las paredes están ennegrecidas por el humo de uno o varios fuegos), en la entrada Salima y Megan se dedican al estudio de los huesos que él y Kamal van sacando.
Mientras tanto, seguimos en nuestro empeño de excavar la tumba de la dinastía XI que queda por debajo del muro de adobe del patio de Djehuty. El reforzamiento de la base del muro que hay que hacer previo a la excavación marcha muy bien, pero ahora ha surgido una discusión sobre cómo continuar de la forma más segura para el muro y para la integridad de los que trabajen en la zona. Mañana a primera hora tendremos una reunión los arquitectos y Alí, pues hay más de una propuesta sobre la mesa.