26 enero 2012

A primera hora de la mañana, Salima y Roxie comenzaron a estudiar in situ al individuo momificado que yace entre la tumba de Hery y la de Baki. Probablemente, habría sido arrastrado desde la galería y se habría abandonado, cabeza abajo, sobre un montón de adobes que se habían antes derrumbado de un muro construido atravesando el pasillo de Hery y deviando al que entrara por él hasta la galería y las escaleras que ascienden hasta lo que habría sido la tumba de Baki. Su cabeza reposaba sobre una momia de ibis quemada y, junto a su cuerpo, hallamos una segunda tapa de vaso canopo de cerámica pintada y más “shabtis” pintados de azul, imitando fayenza.

Después de levantar el cuerpo y trasladarlo a la jaima grande para su análisis detallado, seguimos excavando en la zona y, al final de la mañana, Joan pudo ya topografiar parte de la galería que se abre junto al grafiti demótico. Por otro lado, en la vecina tumba de Djehuty, siguen los trabajos de restauración en distintas paredes. Ahmed Bahdadi ha estado consolidando el color amarillo con el que se pintaron los signos jeroglíficos del gran himno solar a Amón-Ra. Se pintaron de amarillo para que la inscripción brillara cuando los primeros rayos de sol golpearan contra la fachada. En la sala transversal, Mohamed consolida el color rojo de la inscripción de la segunda biografía de Djehuty, que ya hemos terminado de recomponer hasta donde hemos podido, pues hay algunos fragmentos que no tenemos pistas suficientes para identificar el lugar exacto de su procedencia. Y en la sala más interna, en la capilla, Miguel Ángel y Nacho han estado preparando el reforzamiento del techo que esperamos tener listo al final de la campaña.

Por la tarde, por tercer año consecutivo, hemos celebrado el partido “amistoso” España–Egipto con algunos de los trabajadores de la excavación. Alquilamos un campo de futbol-11, de hierba y con focos. Estábamos empatados a victorias 1–1, pues el año pasado conseguimos ganar in extremis, pero este año nos han arrollado. En nuestra defensa hay que decir que ellos podían elegir entre los 105 que son, mientras que nosotros éramos 12 justos, y eso que se nos sumaron cuatro chicos del hotel. Además la mayoría de ellos son de unos veinte año y en plena forma, mientras algunos de nosotros… bueno, somos ya de “partido de veteranos”. En fin, que palmamos. Y no cuela decir que nos dejamos ganar por eso de alentar y celebrar el nuevo Egipto, ni chorradas de esas. Nos panearon. Habrá que resarcirse el año que viene. Ahora sólo queda sufrir las agujetas.