25 febrero 2002

Trabajo de campo

El último baile

Hoy ha sido un día alegre y triste a la vez. Nos hemos despedido de todos los obreros menos de cuatro, que nos ayudarán a poner la alambrada alrededor del yacimiento y a terminar las últimas tareas en el exterior. Como despedida, Marga organizó una pequeña fiesta durante la media hora de descanso del desayuno. Trajimos tres grandes bizcochos del hotel y dos cajas de bebidas. Los obreros empezaron espontáneamente a cantar, acompasados por una gran pandereta, y no tardaron algunos en saltar al ruedo a bailar, tanto egipcios como españoles. Gritaron vivas a España (‘Sbani’), al ‘mudir’, a ‘Bank’, al ‘rais’, a ‘Alisia’, ‘Andreas’, Antonio y Ana. Los cánticos y las palmas ascendieron hasta el campamento de los vecinos alemanes, que nos miraban desde lo alto con curiosidad y cierta envidia. La escena se volvió a repetir cuando, al final de la jornada, se les entregó a cada uno la última paga y su correspondiente ‘bakshish’. Esperamos el año que viene contar con los mismos trabajadores, y así se lo dijimos al ‘rais’ Ali (quien antes se había negado a bailar delante de sus obreros).

Por lo demás, la mañana ha sido tranquila. Encontramos en el sector Sur un cono funerario de Djehuty. En el sector Norte salieron varios fragmentos de relieve y de inscripciones en bastante buen estado, además de varios ushebtis de tonalidad amarillenta y de un segundo cono con la impronta de Djehuty. El muro de piedra que rodea el yacimiento se ha terminado, al igual que los muros más pequeños que sirven de contención de los distintos desniveles.

Trabajo de gabinete

Por la tarde, después de comer ‘in situ’, vino Mohamed el-Bialy y estuvo discutiendo con José Manuel sobre la próxima campaña. En principio pondremos tres grupos de cinco obreros trabajando fuera y un cuarto grupo dentro de la tumba de Djehuty, que comenzará a excavar los escombros de la capilla del fondo. Tal vez tengamos que hacer más ancha la puerta para que el trabajo de dentro sea más cómodo.

Ana ha estado sacando fotos en la sala transversal ayudada por Marga. Andrés sigue haciendo fichas de los relieves que van saliendo, lo que parece una tarea interminable al ritmo que van apareciendo. Alicia y Antonio le han dado un gran empujón a los materiales que ya llenan prácticamente el vestíbulo de la tumba. Mañana todo el día para nosotros.

Vida cotidiana