25 enero 2011

Salima, Pito y Parra se han metido en la galería de arriba a primera hora de la mañana y no han salido hasta la una. Han estado sacando fotos a las salas y haciendo una pequeña prospección arqueológica del interior, recogiendo cerámica en superficie, analizando in situ algunas momias de ibis, etc. La iluminación era el problema más complejo de resolver, pues las paredes están todas ennegrecidas. Claro que la seguridad la abordamos con cierta relatividad, como es habitual en nuestro yacimiento, pues los pilares de dos de las salas están reventados por compresión y los terraplenes de escombro se comportan de forma impredecible. En algunos momentos y lugares el proyecto adopta tintes de verdadera espeleología. La última sala de la galería es la única que no está quemada y, sin embargo, en su interior tiene restos de momias de ibis casi carbonizadas. En el dintel de la entrada a esta sala, que parece ser la más importante del complejo subterráneo, se han escrito dos graffiti en escritura demótica, con la suerte que uno de ellos incluye una referencia cronológica al año 128 a. C. Tanto la galería como los graffiti nos ayudan a fechar y a entender mejor los graffiti escritos sobre las paredes de de las tumbas de Djehuty y de Hery, así como las galerías que conectan unas tumbas con otras.

Siguiendo con el tema de las galerías subterráneas, en el suelo moderno que hallamos ayer en la tumba de Baki se ha abierto hoy un agujero bastante profundo que parece comunicar con una galería que corre por debajo y perpendicular a la tumba. Probablemente comunique con la tumba de Hery, la cual está a una altura inferior que la de Baki. Esta incógnita la despejaremos en unos días. También en la tumba de Baki, hoy ha salido a la luz parte de la pintura que en su día decoró el interior de la jamba de entrada. La escena está incompleta, pero los colores se conservan muy vivos.

Hoy hemos terminado de trabajar a la una de la tarde (en lugar de a las tres), para poder ir a visitar tres tumbas. Una de ellas perteneció a un tal Dagi (TT 103), de la dinastía XI (c. 2000 a. C.), otra a Djehutymes (TT 104), de época de Amenhotep II, y otra a Neferrenpet (TT 133), de época ramésida. Nos interesaban especialmente porque son de las pocas tumbas que conservan escenas de telares decorando sus paredes interiores, y queríamos comparar éstas con la escena de telares que tenemos nosotros en la capilla ramésida.