Hoy es el último día en el yacimiento de Marisol, José Miguel, David y Javier, así que había muchas cosas que hacer y dejar resueltas para la próxima campaña. Nos levantamos más temprano que nunca porque a las cuatro nos recogía una camioneta para ir a la explanada de despegue de los globos aeorostáticos, pues habíamos concertado un vuelo el día anterior. El objetivo era sobrevolar el yacimiento para sacar fotos de su estado actual, pues la vez anterior que volamos fue en 2014. El problema con los globos es que dependes de la dirección del viento y, si bien a diferentes alturas el viento puede soplar en distintas direcciones, en esta zona de Egipto el viento predominante es norte-sur, y nuestro yacimiento está al norte de lugar de despegue, con lo que tenemos difícil que el vuelo en globo cumpla su objetivo. El día anterior había soplado perfecto y un par de globos sobrevolaron el yacimiento justo por encima. Pero hoy no tuvimos suerte. Con el poco viento el capitán fue capaz de navegar en casi todas direcciones, menos hacia el norte. Nos adentramos por el valle de Deir el-Bahari y las vistas eran impresionantes, nunca habíamos visto tan bien el templo de Hatshepsut y el del primer rey tebano Montuhotep… pero Dra Abu el-Naga se nos resistió y acabamos aterrizando frente al Rameseum. Aún así, el vuelo sin duda mereció la pena, pues consigues hacerte una muy buena idea de la geografía de la necrópolis.
David renunció a subir al globo y aprovechó que habíamos dejado el yacimiento todo limpio y lo más exento posible de cosas modernas que pudieran distorsionar la visión, para hacer un nuevo escaneado del Sector 10 y 11. Habíamos retirado los recrecimientos de los pozos que hicimos nosotros para facilitarnos el entrar y salir, y habíamos retirado también las pasarelas de madera e incluso la jaima que usan David y José Miguel, cuya estética es un tanto cuestionable. Los del globo nos incorporamos al yacimiento a las 6:30, y la jornada de trabajo continuó con normalidad.
Javier dedicó su último día a sacar fotos de las últimas cerámicas que habían pegado María y Khaled, y a fotografiar con Marisol los fragmentos de la cámara pintada de Djehuty de forma homogénea. Por su parte, los arqueólogos tenía que terminar de procesar los materiales de sus zonas de excavación y dejarlo todo bien inventariado, etiquetado y guardado. Para que pudieran dedicarse a esa tarea, la excavación bajó un poco el ritmo, pero, aún así, a las 12:30, la hora de cerrar, David corría de un lado a otro tratando de dejar todo en su sitio. José Miguel y Marisol, antes de abandonar el yacimiento, se pasaron por las tumbas de Djehuty y de Hery, para echar un vistazo a la nueva iluminación que ha dejado terminada Nacho, y comprobar que están ya casi listas para poder abrirse al público.