José Miguel ha descendido hasta ocho metros en su pozo. En un terreno que no ha sido alterado en época moderna, está saliendo una gran cantidad de cerámica de la dinastía XVII o comienzos de la XVIII. La cámara sepulcral sí parece haber sido saqueada, al menos en parte, pero el fondo del pozo parece que fue ignorado por los que luego descendieron por él. Ya veremos qué nos encontramos, no conviene tampoco hacerse grandes ilusiones. Por su parte, Carlos y Yasín siguen excavando a la entrada de la tumba de la dinastía XIII. Además, de restos de momia y abundante cerámica, han hallado objetos interesantes de la dinastía XII o XIII. Y en el exterior, uno de los trabajadores de Angie ha hallado, en un nivel de lascas de caliza, una pequeña figurilla de Anubis de fayenza azul, como un amuleto, posiblemente del Tercer Periodo Intermedio.
El desmontaje del murete de adobe ya casi ha terminado, y también hemos retirado ya el cemento del techo. Mientras tanto, Nacho y el soldador están preparando las vigas y la estructura de hierro que irá con el hormigón en el techo. En la tumba de Hery, Lucía y el mudir han estado revisando fragmentos de las paredes y han conseguido ubicar tres fragmentos más. El objetivo es dejarlo todo listo para que cuando venga Miguel Ángel para restaurar las paredes ya sepamos los fragmentos que pueden colocarse en su sitio. Y a la entrada de Hery han montado su lugar de trabajo Salima y Cisco, y es allí donde revisan los huesos de ave que van extrayendo de los pozos de la tumba -399-.
A última hora nos han comunicado que mañana no podremos trabajar en el yacimiento porque es el aniversario de la revolución. Paradójicamente, ahora gobiernan los que acabaron con la revolución, pero supongo que cualquier motivo es bueno para tener fiesta. Así que por la tarde nos fuimos la mayoría a dar una vuelta por Luxor.