24 enero 2016

Hoy ha sido un día muy ventoso, lo que en algunos momentos ha sido bastante molesto y en otros una bendición. Al final del día nos han dado la mala noticia de que mañana no trabajaremos porque es el quinto aniversario de la revolución contra Mubarak. Bueno, aunque ahora se ha maquillado el asunto y se dice que es la fiesta de la policía. En serio. El caso es que la Policía Turística, encargada de la seguridad de los monumentos y de los yacimientos arqueológicos ha mandado un escrito al jefe del Servicio de Antigüedades en Luxor para avisar de que ninguna misión arqueológica deberá trabajar mañana. Un verdadero fastidio. Pero hay que aprender a tener paciencia y relativizar este tipo de contratiempos. Para compensar un poco, hoy hemos trabajado hasta las cuatro de la tarde. La verdad es que el Inspector Abdelgani es un encanto y flexible al máximo con nuestros horas extra de trabajo, pues su jornada oficial es hasta la una de la tarde.

Todas las zonas de excavación en las que estamos actuando han sido saqueadas, unas sólo en época antigua, hasta el siglo VII a. C. (época Saita), y otras en época antigua y en época reciente. En este contexto, hasta que no se llega al final, por ejemplo de un pozo, no se puede saber cómo de exhaustivo ha sido el saqueo, cómo de cuidadosos o de agresivos han sido los ladrones. Por ello, no debe cundir el desánimo si durante las primeras jornadas uno no encuentra lo que busca y se pasa horas procesando material de revuelto poco lucido. El año pasado en un pozo saqueado al máximo acabamos hallando al fondo del todo dos arcos y veinte flechas en perfecto estado, que habían pasado inadvertidos a los ladrones. Todas estas reflexiones nos las tenemos que repetir en la excavación del pozo que ahora tenemos entre manos, pues el relleno refleja que ha sido vaciado y vuelto a llenar el siglo pasado. Curiosamente, a tres metros de profundidad ha salido un fragmento de una inscripción de la tumba de Djehuty, que se encuentra un par de metros más abajo.

La zona de David también fue saqueada en época antigua, y las casas del poblado moderno se levantaron encima. Algunos de sus habitantes abrieron agujeros en el suelo para saquear las tumbas sin ser vistos, pero ello no quiere decir que toda el área fuera limpiada del todo. Pueden quedar áreas sin tocar desde época antigua o que fueron saqueadas deprisa y corriendo o con pocos medios. En fin, que a pesar de los pesares, siempre hay esperanza cuando uno le dedica esfuerzo y se concentra en ello.