24 enero 2012

El pozo de Hery alcanza ya siete metros de profundidad y ha habido que empalmar otro tramo de escalera para subir y bajar. De nuevo, hemos pasado el día sacando grandes bloques de piedra. Todavía nos quedan bastantes más que retirar para poder acceder a las cámaras. A pocos metros del pozo, Ibrahim ha seguido excavando en la conexión con Baki, retirando poco a poco el motón de adobes. En esa zona, donde el pasillo de Hery alcanza la cámara más profunda, se debió encender uno o más fuegos, y allí encontramos la base de una pequeña vasija que fue utilizada para contener bitumen, es decir, una especie de brea o pasta negruzca. Solía untarse en las momias y también sobre las paredes y el techo y, cuando se prendía fuego, se convertía en una costra brillante y tremendamente negra debido al calor y al humo.

En la tumba de Djehuty, Pito ha estado todo el día tomando fotografías de la cámara más interna, la “capilla”, totalmente vacía. No sólo la visión es totalmente distinta a cuando estamos allí trabajando y hay actividad, sino que incluso el ambiente que se respira, los sonidos, los ruidos, son distintos debido a la reverberación de la roca ahora desnuda. Además, la iluminación que crea Pito consigue darle a la habitación una atmósfera muy especial.

La actividad en los demás sectores del yacimiento sigue a muy buen ritmo, tanto Carlos por encima de las tumbas, como José Miguel y Angie en el sector 10. Y en las jaimas, Roxie con los huesos, María José y Elena con la cerámica y Curro con los materiales trabajan sin parar. Mañana es el aniversario de las revueltas en El Cairo, en la plaza de Tahrir. El día se ha declarado de fiesta nacional y se le ha llamado “el día de los mártires”. El rais Ali ha reunido a los trabajadores y todos preferían trabajar, por lo que mañana volveremos al yacimiento.