Este es nuestro último viernes, así que el grupo ya tenía en la cabeza las maletas, las últimas compras y la recogida y almacenamiento del material de trabajo que tenemos en la casa. Cuatro de nosotros aprovechamos el día para dar un último paseo por la necrópolis y ver algunas tumbas. El principal objetivo era visitar la tumba de otro Djehuty, copero real, más o menos contemporáneo al nuestro, que se hizo enterrar en la colina conocida como Khokha, al sur del valle de Deir el-Bahari. La decoración de su tumba (TT 110), pintada, ha sufrido enormemente por fuegos que se encendieron en su interior, por lo que la restauración llevada a cabo por el ARCE ha sido muy compleja y arriesgada. Optaron por limpiar el fondo blanco, dejando las figuras ennegrecidas por miedo a llevarse el color y, por tanto, los detalles internos. La tumba incluye una escena en la que aparece Hatshepsut como reina, con los cuernos de Amón, sentada en un trono dentro de una capilla, mientras el propietario le ofrece un elaborado ramo de flores. Milagrosamente, ni su rostro, ni su nombre han sufrido damnatio memoriae. Al otro lado de la entrada estaría Tutmosis III en una composición similar, pero esta parte de la tumba se conserva muy dañada.
De camino hasta la tumba de Djehuty, paramos a ver las poco visitadas tumbas de época ramésida de Khonsu (TT 31) y Userhat (TT 51). El primero de ellos fue sumo sacerdote en el templo de Tutmosis III, e incluye una representación del templo y una procesión específica en memoria del rey difunto. La representación del ritual de la Apertura de la Boca es muy interesante porque, entre otras cosas, incluye a su hijo vestido como sacerdote-sem, leyendo un papiro que lleva por título “Apertura de la Boca para el Osiris, sumo sacerdote…” En el nicho del fondo del todo, hay una representación de Osiris y Anubis, junto con la diosa de occidente. Además, se incluye una representación del rey Montuhotep Nebhepetra, el primer rey tebano, quien unifica el país y convierte a Tebas por primera vez en capital del reino, como si fuera una de las divinidades principales de la necrópolis. Userhat vivió unos años antes, bajo los reinados de Ramsés I y Seti I, y ejerció también el cargo de sumos sacerdote de un templo funerario real, pero en este caso del rey Tutmosis I. Las pinturas de su tumba también se conservan bastante bien, e incluyen la representación de una estatua del rey venerado, sacado en procesión.
Para terminar una espléndida mañana nublada, subimos a ver la tumba de arriba de Senenmut, que conserva partes de la decoración del techo y de la pared del pasillo. Senenmut se hizo una tumba subterránea junto al templo funerario de la reina Hatshepsut (TT ), con un maravilloso techo astronómico muy bien conservado, y otra arriba de la montaña (TT 71). Esta última, aunque muy dañada, todavía deja ver los espléndida que debió ser. Desde allí, coronamos la colina para ver el mausoleo del Sheikh Abd e-Qurna, quien da nombre a la colina. Desde allí arriba, la vista a Deir el-Bahari es muy especial, sobre todo en un día nublado y neblinoso como hoy.
Al volver a casa, Javier y Fatma ya habían puesto en marcha una barbacoa de verduras, con cebollas, cebolletas, puerro, berenjenas, patatas y pimientos verdes. No está nada mal como broche de oro a una mañana maravillosa. Todavía nos quedaba un par de botellas de vino de Roja que nos trajeron Gabi, Luis y compañía, así que pudimos regar las verduras de la mejor manera.