23 febrero 2017

Hoy tocaba comenzar ya a organizar la recogida a la vez que documentábamos y tomábamos las últimas notas. Como no nos podemos llevar absolutamente nada a España, es importante pensar qué datos, fotos o dibujos vamos a poder necesitar durante el resto del año para que luego no eches en falta ninguna información. Hay que tener en cuenta que uno de los objetivos principales de lo que hacemos es el estudio y publicación científica de los hallazgos. En realidad, el descubrimiento es, en gran medida, fruto del azar y, eso sí, del trabajo y del tesón; pero el mérito científico se alcanza en el análisis correcto, el estudio contextualizado y la publicación científica. Es por ello, que a menudo hay que detener la excavación para documentar fotográficamente cada nivel o nueva unidad estratigráfica, para topografiar, para analizar algún detalle de interés, etc. En el proceso de la investigación, la excavación es la toma de datos, como el laboratorio de un bioquímico, y luego toca interpretar esos datos, relacionarlos con los datos de otros científicos, deducir su significado y valorar la aportación que supone. Así, la documentación exhaustiva y de calidad es fundamental.

Carlos ha empleado la mañana entre otras cosas, en dibujar en detalle la capilla de adobe de Intefmose primero, y luego una sección de la tumba de Djehutynefer para mostrar bien las escaleras de descenso hacia el interior del monumento funerario. Es curioso que, con lo que ha avanzado la tecnología, incluyendo la fotogrametría y el escáner-láser, a veces es el dibujo tradicional el mejor medio para explicar algunos pequeños detalles, pues te permite eliminar información innecesaria resaltar lo relevante, aunar en una sola imagen momentos distintos del proceso, etc. David y Angie han apurado los últimos minutos para seguir tomando cotas de los perfiles del corte de la excavación del patio. Gudelia, con la inestimable ayuda de am-Ali y de Hassán, ha estado guardando ordenadamente cajas con materiales de la excavación de este año.

Como ocurre al final de cada campaña, un grupo de inspectores vino al yacimiento para decidir cuáles de las piezas halladas deberían ser trasladadas al almacén del Servicio de Antigüedades junto a la casa de Howard Carter. Al final, se llevaron tres estelas y tres figurillas de madera. En el almacén tenemos un cuarto muy grande exclusivamente para nuestra excavación, además del cuarto que ellos denominan del Register Book. El papeleo pertinente se hace un poco pesado, pero este año ha ido todo más fluido y fácil que los últimos años. Al final del día, las jaimas se quedaron ya casi vacías y comenzamos a llevarnos mucho material de fotografía y de restauración al hotel, donde tenemos un almacén en el que podemos guardar cosas de un año para otro.