23 febrero 2007

Nuestro último día de descanso en Egipto empezó ayer por la tarde cuando todo el equipo fue a cenar al ibicenco, el acogedor restaurante de Mohamed muy cerca del Marsam. Allí pudimos disfrutar de una agradable cena al aire libre –el calor prosigue- aderezada por unas deliciosas patatas fritas y una shisha. Ya en viernes, el moudir, Gemma, Carlos y Juan se han quedado en el hotel ultimando la memoria de excavación que hay que entregar a las autoridades egipcias. Otros miembros del equipo han optado por aprovechar de una forma más ociosa estas horas finales en Egipto. Tras ir a una tienda de recuerdos de Sheikh Abd el-Gurna, Elena ha vuelto al hotel para trabajar mientras que Pía ha ido a Luxor para seguir con sus compras y despedirse de algunos de los miembros de la Chicago House.

José Miguel y Andrés han optado por madrugar para ir, respectivamente, a Thot Hill, donde se encuentra un interesante santuario en una de las cimas más altas de Tebas, y al templo de Karnak. Curro se ha dirigido hacia el sur hasta los templos de Deir es-Samak, “el convento del pez”, para luego pararse en Medinet Habu.

Ante el duro día que se presenta mañana, con el cierre de la excavación, con la expectante “Fantasía” de nuestros trabajadores y con un largo y temprano vuelo de regreso a Madrid, Juan, bajo la atenta mirada del rais Alí, ha cocinado su ya tradicional y deliciosa paella –con un perfecto “socarraet”- que nos ha servido para recuperar fuerzas y para empezar a hacer con más energía las maletas.