23 Enero 2020

Hoy jueves ha sido el primer día de paga de esta campaña. A la una de la tarde, tras terminar la jornada, los trabajadores se sentaron en grupos delante de la jaima grande, sesenta, además del aguador, el de la camioneta, el del tractor, los restauradores, los de seguridad, el rais y sus ayudantes… No llegamos (todavía) a los número de otros años, pero no está nada mal. Por suerte, tenemos un “secretario”, Nadi, que prepara las cuentas de diez. Jueves y día de paga, pues el buen ambiente en el yacimiento era de primera.

Nacho, después de las pruebas de ayer, ha montado la estructura metálica sobre el jardín y ya ha colocado las planchas de aluminio poliestireno extruido, sobre las que se colocará la réplica. La estructura ha quedado fenomenal, parece una escultura en sí misma. Los sentimientos son ahora contradictorios: por un lado nos da una gran pena tapar el jardín, no verlo ya más, pero por otro lado la réplica va a permitir que al menos se pueda contemplar en su sitio a su doble y, así, permitirá que no se ponga en riesgo la estructura original, tan querida y admirada. El jardín original habría que taparlo para protegerlo de todas maneras, no podía quedarse a la intemperie, pues así al menos mostramos su réplica. Más vale eso que nada, ¿no? Nos sentimos todos muy satisfechos de hacer que el proyecto de arqueología no sólo consista en excavar, sino también en trabajar por la conservación del patrimonio y la musealización del yacimiento en el futuro. Y si para eso hay que liarse, pues se lía uno, si hay que asumir riesgos, uno se arriesga, y si hay que invertir dinero, pues toca buscarlo.

La excavación ha marchado hoy muy bien. Le hemos cogido el gusto a la fotogrametría y este año cada poco hacemos una tanda, sobre todo en el área que excavan José Miguel y Laura. Es un sistema de documentación muy preciso y, a la vez, relativamente rápido. José Miguel y Sergio han aprovechado hoy el descanso de media mañana para hacer fotogrametría del nivel de saqueo de su zona, para así posicionar con exactitud todos los objetos que forman el túmulo que desecharon los ladrones de la dinastía XXV o XXVI. Por su parte, Angie y Marisol han terminado de excavar su pozo, y David y Ana han alcanzado un nivel en el que ya se ve claramente la entrada a las dos cámaras que se abren en los extremos del pozo.