El comienzo del día ha estado centrado en la vasija que se mantiene vertical dentro de la estructura de adobe. Bahba es el primer año que trabaja con nosotros, pero ya ha demostrado su buen manejo del palaustrín. Ha excavado alrededor de la vasija, que se ha mantenido en pie hasta el final. La vasija puede asociarse con el segundo uso del espacio, hacia finales del siglo VI a. C.., y su base rompe el suelo de la primera construcción, que fechamos en torno al 1500 a. C. o un poco después, como así parecen indicar los platos rotos sobre el suelo al otro lado de la sala. La vasija está vacía, por lo que no resultó difícil levantarla del suelo. Se conserva entera y en muy buen estado. Tiene una base muy peculiar, que permite fecharla en el periodo persa, es decir, a finales del siglo VI a. C. Después de levantarla con sumo cuidado, María ha estado limpiándola para quitarla las concreciones de barro y poderla así dibujar y fotografiar mostrando todos sus detalles. El tapón es un quemador de incienso reutilizado y lleno de barro.
A escasos metros de la estructura de adobe, Laura y Badauy han encontrado un ostracon de cerámica con un texto escrito en jeroglífico. Se trata de u texto de carácter funerario, de buenos deseos para el difunto. Lo curiosos es que se conserva parte de dos escenas de figuras que parecen reproducir un momento del cortejo fúnebre, con una milana, Isis o Neftis, acompañando al ataúd del difunto. Y no muy lejos tampoco, en la zona que supervisa David, ha aparecido un shabti de madera, tallado de forma muy tosca, dedicado “para el ka de Ahmose”, probablemente de la dinastía XVII.
Parte de la zona que supervisa Marisol, está ocupada por lo que debió ser el vertedero del poblado moderno de Dra Abu el-Naga, que se mantuvo activo hasta el invierno de 2006. La zona grisácea y llena de plásticos, papeles y latas y botes de todo tipo, ocupa una extensión considerable. Pero, de nuevo, eso no quiere decir que vaya a ser siempre así, y hay una posibilidad de que en niveles inferiores la basura desaparezca y tengamos estratos que no han sido alterados en época moderna. Oculto bajo lo menos atractivo, con frecuencia se encuentra lo más singular.