22 Enero 2020

José Miguel ha estado entregado hoy a documentar minuciosamente una unidad estratigráfica que consistía en un túmulo formado por distintos materiales de uno o más ajuares funerarios, arrojados y amontonados por los saqueadores en época antigua. Si bien los restos de cerámica más abundantes pueden fecharse en la dinastía XVII o a comienzos de la XVIII, un par de fragmentos de la dinastía XXV o XXVI parecen indicar cuándo tuvo lugar el saqueo en cuestión. El material aparece mezclado con piedras de caliza de mediano tamaño, que probablemente rellenaban uno de los pozos que fue abierto por los ladrones. Es difícil deducir exactamente de dónde proviene el material, probablemente de un pozo de la zona. Aunque no tienen relación directa, los dos pozos que estamos excavando ahora reflejan la situación en la que quedaban los enterramientos tras el paso de los ladrones, con fragmentos que posiblemente pertenecieron al enterramiento original, mezclados con fragmentos de otros enterramientos que cayeron dentro cuando el pozo se volvió a rellenar.

Carmen sigue dentro de la tumba de Djehuty, limpiando y consolidando las paredes del pasillo, allí donde ve que puede mejorarse la lectura de las figuras e inscripciones, o donde puede lucir algo más la policromía. Estamos ya dando los últimos retoques a la restauración de la tumba con vista a abrirlas pronto al público. Sin duda, su labor ayudará a que los epigrafistas puedan luego dibujar mejor la decoración que en su día deslumbraría a los contemporáneos de Djehuty.

En la jaima grande, María y Zulema siguen entregadas a la reconstrucción y estudio de las vasijas de cerámica. Junto a ellas, Jesús estudia los restos humanos aparecidos en la excavación del año pasado. Para completar el recorrido por el yacimiento, justo en el extremo opuesto, Pía tiene su “taller” de restauración en la jaima pequeña. Como es en ella habitual, tiene varias cosas en marcha sobre la mesa. Está restaurando una gran vasija de cerámica margosa pintada hallada el año pasado, a la vez que va limpiando las sandalias de cuero de este año y prepara para fotografía los shabtis de madera que encontró Laura en la campaña pasada junto a la capilla de adobe. Cada día es distinto al anterior, y todos se caracterizan por una gran actividad.