21 Febrero 2020

¡Saludos a todos!. Hoy es el último día del Diario de la 19ª campaña 2020. Hoy, viernes, hemos estado todo el día preparando el informe final para entregar a las autoridades locales y redactando una nota de prensa para el Ministerio de Antigüedades de Egipto. Hemos ordenado el almacén que tenemos en el hotel Marsam, recogido “El Chiringuito” y cada uno ha hecho sus maletas. Nada especialmente interesante que contar y ninguna foto que mostrar. Así que me he reservado el texto de hoy para concluir insistiendo en dos aspectos que considero fundamentales en esta última campaña. Por un lado, agradecer, una vez más, a todos los que la habéis hecho posible con vuestra contribución financiera. Sin vuestra ayuda, a través del micro-mecenazgo o crowdfunding, no hubiera sido posible estar aquí y llegar hasta el final. Así que, en nombre de todo el equipo, os mando un enorme abrazo de gratitud y también de admiración por vuestra generosidad. En segundo lugar, agradecer a todos los trabajadores egipcios su esfuerzo y sus múltiples atenciones con nosotros. Trabajando codo a codo, nos sentimos muy cómodos, como en familia, y en las mejores manos profesionales. En esta campaña el trabajo a fluido casi mejor que en ninguna campaña anterior y el ambiente en el yacimiento ha sido siempre cordial. A todos y cada unos les damos las gracias por hacernos pasar unas seis semanas de duro trabajo pero también de camaradería y amistad.

Hay trabajadores que, por una razón o por otra, nos han conquistado y son ya parte esencial del equipo: Yuma y su hijo Hisham son dos pedazos de pan, siempre sonrientes; Hussein, apodado Yasín, es también todo bondad, siempre dispuesto a ayudar en todo; Gamal, Ibrahim y Saabut son tres grandes excavadores y junto a ellos siempre se aprende; Haggag no pierde la sonrisa trabajando y Ahmed tampoco para a pesar de sus problemas en la pierna; tampoco la edad detiene al barbudo y desaliñado de Hussein; para terminar recordando al infatigable rais Ali y sus ayudantes Taalat y Karam, quienes organizan y articulan los distintos trabajos en la excavación para hacerla funcionar como un reloj. Sin todos y cada uno de ellos, nuestro trabajo cundiría la mitad y sería, sin duda, de peor calidad. Son todos ellos parte esencial del trabajo y de los éxitos alcanzados.

El año que viene el Proyecto Djehuty cumplirá 20 años de andadura en la necrópolis de la antigua Tebas. ¡Quién nos lo iba a decir! A pesar de las dificultades de todo tipo quye hemos tenido que ir superando, hemos llegado hasta aquí y, si bien los éxitos alcanzados son muchos, todavía nos esperan grandes sorpresas. El yacimiento ha demostrado ser capaz de irnos sorprendiendo año tras año. Nadie sabe los que queda por venir y eso es precisamente lo bonito, la incertidumbre, que hay que írsela trabajando día a día. Este año me ha dado por brindar por el futuro, por lo que no vemos, por lo que tenemos que ir desvelando entre todos. El pasado pasado está, ya está hecho, finito. Lo verdaderamente interesante es lo que está por venir, lo que nos inquieta, lo que nos desvela… que es lo que nos hace sentir que estamos vivos. Así que brindemos “¡Por el futuro incierto!”