21 febrero 2009

Se está terminando la octava campaña del Proyecto Djehuty. Es la hora de ir cerrando tareas y cumplir con los últimos compromisos. Hoy hemos recibido la visita del embajador de España en Egipto, Antonio López, que ha pasado un buen rato en el yacimiento, escuchando las explicaciones de José Manuel y de los demás miembros del equipo. Entre otras razones, ha venido para la inauguración de un viceconsulado permanente en Luxor, en un acto oficial que tuvo lugar por la tarde, con asistencia de buena parte de la colonia española, miembros de misiones arqueológicas y autoridades egipcias.

Mientras tanto, Andrés ha terminado de copiar las inscripciones criptográficas que nuestro amigo Djehuty hizo poner en la fachada de su tumba. Chemi ha continuado revisando los textos del pasillo, al mismo tiempo que terminaba de documentar el pozo que ha excavado en la sala transversal de la tumba de Djehuty. El pozo tiene finalmente una profundidad de cinco metros y medio, dos cámaras subterráneas, y un relleno de tierra, arena y piedra que se ha mostrado muy generoso en fragmentos de inscripciones y relieves.

Parra se ha pasado toda la mañana terminando las fotos pendientes, entre otras, de las tablas del ataúd de Iqer. Ahora que está restaurado y desmontado, podemos apreciar hasta los menores detalles de su decoración, en especial los especiales jeroglíficos de la inscripción corrida que presenta, sus vivos colores y la frescura del dibujo. Además de eso, Gemma y él han seguido documentando los fragmentos epigráficos de la tumba de Hery, más de doscientos. Curro, reorganizando nuestro material almacenado de las campañas anteriores, no para un momento, al igual que nuestros restauradores. La tumba de Djehuty, nuestro yacimiento, ha de quedar en paz hasta que regresemos el año que viene.