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Los globos de la mañana.
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Contraste de colores.
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José Manuel, Cisco, Ainara, David y Tutu en lo alto de la colina.
Cisco llegó ayer tarde por la noche, y esta mañana estaba con todos nosotros a las siete en el yacimiento. Lo primero que hicimos fue subirnos a lo alto del yacimiento para ver juntos el nuevo frente de excavación arriba de la colina. De allí descendimos hasta la tumba de Hery, para explicarles a Ainara, David y Miguel Ángel la estructura de la catacumba del siglo II a. C. y los distintos lugares en los que encontramos momias de animales. El ‘tour’ acabó al fondo del pozo de Hery, a la entrada de la cámara sepulcral noroeste, en la que se conservan cientos de paquetes de lino con huesecillos de aves y otros animales. Estuvimos discutiendo cómo proceder en la retirada de las momias de animales, para su estudio y documentación. El problema es que muchos paquetes están deshechos y hay montones de huesos sueltos y calcinados. La opción que nos pareció mejor es hacer una pequeña cata a la izquierda de la entrada y ver cómo nos manejamos y hasta qué punto merece la pena continuar sacando momias.
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Laura y Chemi organizando las tareas del día.
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Laura excavando la cámara sur del pozo 39
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Carmen trabajando en la epigrafía de la tumba de Djehuty
Laura en el pozo sigue excavado la cámara este. El terreno está apelmazado por las lluvias, y en él han ido apareciendo restos humanos, incluyendo un cráneo de un niño, y tablones de madera de uno o más ataúdes. Por su parte, Carmen sigue revisando sus dibujos dentro de la tumba de Djehuty. María y Zulema tiene ya toda la cerámica para estudiar en esta campaña desplegada sobre esteras. Se trata de vasijas de la dinastía XIII y algo posteriores, procedentes de la zona junto a la capilla y al ataúd de la chica de quince años.
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Los nuevos miembros del equipo visitan por primera vez el pozo de la tumba de Hery
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Cisco y Ainara en el pozo de la tumba de Hery
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Asmaa, José Manuel y Tutu
Aunque en esta campaña tenemos poca restauración que hacer, el Ministerio de Antigüedades nos ha asignado una restauradora para toda la campaña. Se trata de Asmaá, quien ya estuvo con nosotros hace un par de años. No se sabe muy bien por qué, Tutu le cogió manía nada más verla, tal vez porque Asmaá tiene pavor los perros. Pero hoy ha decidido vencer el miedo y le ha estado dando de comer en su mano, demostrando que es extraordinariamente valiente.
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