21 enero 2011

Para este viernes habíamos preparado una excursión especial, en búsqueda de la tumba que Howard Carter identificó como la del rey Amenhotep I, a tenor de los fragmentos de cerámica y vasos de alabastro hallados con el cartucho con el nombre de este rey inscrito en su interior. Hoy, algunos creen que se trata de la tumba de la reina Ahmes Nefertari. Lo interesante de su ubicación es que está al fondo de un wadi que se abre al norte de Dra Abu el-Naga, una especie de Valle de los Reyes en pequeño. Y es que los reyes de la dinastía XVIII lo que buscaban era, entre otras cosas, enterrarse al fondo de un wadi. Efectivamente, el Valle de los Reyes es un “fondo de saco” hacia el oeste, y también la tumba real en el-Amarna se encuentra al fondo de un estrecho wadi.

Desde Dra Abu el-Naga, fuimos andando hacia Deir el-Bahari y subimos por la colina lateral hasta conseguir ver los templos de Montuhotep, Hatshepsut y Tutmosis III desde arriba del todo. Allí nos dividimos y un grupo subió a lo alto del pico de el Qur, y otro grupo nos fuimos a Deir el-Medina, a ver las tumbas ramésidas que están abiertas al público y el templo ptolemaico.

Este ha sido el primer viernes de paella, fenomenalmente cocinada por Joan, y acompañada por pulpo a la brasa y cebollas con anchoa. De lujo. En la fiesta estuvieron también el rais Alí y la inspectora Hekmat. La sobremesa se alargó hasta las cinco, y luego todos a trabajar en a Harwa hasta la hora de cenar.