21 enero 2007

MAS AGUJEROS Y GALERIAS

Como teníamos previsto, esta mañana contratamos a quince trabajadores más. El ritmo de la excavación se ha animado. Sobre la fachada de la tumba intermedia trabajan ahora dos grupos. Todavía el nivel en el que excavan corresponde a «estratos» modernos, conteniendo tan sólo fragmentos de cerámica tosca, que deben haber rodado hasta allí desde tumbas ubicadas más arriba de la montaña.

Otro grupo ha comenzado a excavar en el pozo funerario más alejado de las fachadas de las tumbas. Es el pozo más robusto de todos, con muros de adobes de casi 60 centímetros de anchura. Mide más de tres metros y medio de largo, por casi dos metros y medio de ancho. Los adobes y el mortero utilizado entre ellos recuerda los muros del patio de Djehuty, pero todavía no tenemos datos suficientes para pronunciarnos sobre la fecha de su construcción. Se eleva del suelo un metro y medio, aunque en su momento debieron asomar sobre la tierra del suelo sólo las tres hileras superiores. Ibrahim es el encargado de excavar el pozo. En la jornada de hoy ha hallado un par de ushebtis de fayenza muy pequeños y toscos, sin inscripción, y dos amuletos también de fayenza representando a dos de los cuatro «hijos de Horus».

En el pozo que excava Kamal, la obra que realizó el rais Alí ha funcionado y el muro de adobes se apoya ahora sobre una base estable. Alí ha consolidado al comienzo de la jornada uno de los laterales, que estaba algo deteriorado. Retomada la excavación, ha salido a la luz una curiosa lasca de caliza («ostracon») con un dibujo en tinta negra que representa una especie de espiral o «laberinto».

Mientras Curro y Parra rellenaban fichas arqueológicas de los fragmentos de ataúd pintados que hallamos en campañas anteriores, Elena se ha sumado a Carlos y Juan en la documentación y excavación de un depósito funerario arrojado a un agujero que se abre en el suelo del patio de Djehuty. El depósito contiene abundante cerámica rota en pedazos y restos de guirnaldas. Las cerámicas parecen de la dinastía XVIII, pero será mañana, al levantarlas, cuando podremos afinar sobre su cronología. Sería fascinante que se tratara de los restos del banquete celebrado el día del enterramiento de Djehuty, allá por el año 1475 a. C.

Andrés ha seguido «encerrado» dentro de la capilla de Djehuty, mientras Sayed luchaba contra la caída de escombros en la sala aneja. Al final de la mañana hemos intentado atacar la «chimenea» desde arriba. En un plano vertical, el agujero se encuentra a poco más de un metro fuera del límite de nuestra concesión, pero ali Asfar, el jefe del Servicio de Antigüedades en el West Bank, nos había dado permiso esta misma mañana para trabajar aquí. Al limpiar la zona del exterior, hemos hallado un gran roca y, al retirarla, se ha producido una gran oquedad, dejando a la vista, a dos metros por debajo del suelo actual, la entrada a una galería abovedada perpendicular a las tumbas excavadas en la roca de la colina. Al final del día tapamos y ocultamos su entrada, para poder mañana ver lo que hacemos con este inesperado hallazgo y cómo podemos avanzar de forma más eficaz hacia la solución de nuestro problema.