Este es nuestro último viernes de la campaña y, para no perder el pulso, hemos hecho una paella en el patio de casa. Javier, de nuevo, se ha ocupado de dirigir la operación, desde el fuego hasta el último detalle. Y le ha salido soberbia. Los cocineros, Tayib y Karim, nos habían dejado preparado un cazo con el agua de hervir verduras y carne, que hemos utilizado para el arroz, y es lo que le ha dado el toque definitivo. Antes, nos habíamos ido de excursión por la necrópolis. Cogimos una camioneta hasta el aparcamiento de Deir el-Bahari y, desde allí, nos acercamos a visitar la tumba de Kheruef, de época del rey Amenhotep III. Está decorada en relieve de una belleza excepcional y con detalles asombrosos. Llama la atención las mujeres bailando, adoptando posturas de contorsionista y jugando con el movimiento del pelo. Si bien años después Nefertiti adopta el papel de versión femenina del rey, acompañándole en sus comparecencias oficiales y replicando sus acciones, en la tumba de Kheruef se representa a la reina Teye en forma de esfinge, pisoteando a dos nubios, en una composición propia del monarca varón.
-
Tumba de Pabasa: escena de apicultura.
-
Tumba de Pabasa: mujer con espejo que en egipcio es la misma palabra para vida, ankh.
-
Tumba de Nefer-renpet, escriba del tesoro de Amón.
Muy cera se encuentra la enorme tumba de Pabasa, de la dinastía XVI. La superestructura de adobe es muy llamativa, sin duda, pero es la calidad de los relieves de su interior lo que hace de este monumento una obra de arte. En la sala de pilares, que originalmente estaba a cielo abierto, se representan escenas de trabajos artesanales y agrícolas. Unos hombres manipulan telares verticales para elaborar prendas de lino, otros pisan y prensan la uva para hacer vino y otros hacen recogen la miel de panales de abejas dentro de grandes vasijas de cerámica.
-
Trabajos de los talleres del templo de Amón en la tumba de Nefer-renpet, escriba del tesoro de Amón.
-
Parte del techo de la tumba de Nefer-sekheru.
-
Escena del juicio de Nefer-sekheru.
En la zona denominada Khokha, se pueden visitar varias tumbas de época ramésida muy bien conservadas y de gran belleza. La tumba de Nefer-renpet, también llamado Kenro, escriba jefe del Tesoro del templo de Amón-Ra bajo el reinado de Ramsés II, incluye unas escenas de trabajo en los talleres y en los almacenes de gran interés por los detalles y porque los edificios se representan en planta, dejando ver cómo se organizaban los espacios. La tumba de otro escriba del Tesoro de aquella época, Nefer-sekheru, está al lado y también merece mucho la pena visitarla. La pintura del techo, imitando telas de distintos diseños y colores, se conserva increíblemente bien.