Rafa Nadal, en una de sus entrevistas magistrales, señaló: “para ganar hay primero que aprender a perder”. Ya hemos asumido que la réplica del jardín no llegará a tiempo a Luxor para que la podamos instalar en esta campaña. Lleva retenida en la aduana del aeropuerto de El Cairo un mes porque los productos de restauración que la acompañaban, resina acrílica, fibra de vidrio, cola blanca, pigmentos y una sierra, han sido considerados peligrosos para la seguridad nacional. Egipto es así, lo difícil se consigue y lo fácil se resiste. Solo queda pensar que no hay mal que por bien no venga, y así hemos disfrutado más tiempo del jardín original, y cuando el sábado hagamos las fotos de final de campaña todavía tendremos visible el original. Este revés, que sin duda lo es, nos enseña a no dar ninguna batalla por ganada hasta el final, a ser más humildes, a encajar la derrota y, así, valorar y disfrutar más de las victorias. Todos pusimos muchísima ilusión en el proyecto de la réplica, precisamente por ser original e innovador, y el equipo de Factum Arte se merece un brindis: Juanqui y Charlie, que los tíos se lo curraron a tope y consiguieron que la réplica acabara siendo clavada al original; Pedro, Adriana y el jefe Adam Lowe, que creyeron en el proyecto y lo impulsaron desde el comienzo. A todos ellos les enviamos un cariñoso abrazo desde “El Chiringuito” del hotel Marsam. Esperemos que algún día la réplica salga de El Cairo, llegue al Luxor y la podamos instalar durante la campaña que viene. A mal tiempo buena cara, y a seguir luchando hasta el final. Cuánto más difícil sea más mérito tendrá alcanzar la meta.
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Arqueología experimental: Saber y Ramadán construyen un jardín similar al de nuestro yacimiento.
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La huerta del Marsam nos sirve para ensayar jardinería egipcia.
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Hisham, que hizo el personaje de Djehuty en el documental, encaja perfectamente con su estatua.
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Laura ha encontrado un fragmento del pasillo de la tumba de Djehuty.
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Parece que pudiera encajar junto a otra figura similar.
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Lucía revisa el dibujo que ha hecho Carmen de la escena del Punt en la tumba de Djehuty.
Para compensar el tropiezo con la aduana egipcia, hemos llegado a un acuerdo con Klaus, el director del hotel, para que Saber, el jardinero que lleva la huerta, construya un jardín similar al que descubrimos en el yacimiento. Le hemos dado un plano con las dimensiones y hoy se ha puesto manos a la obra. La idea es hacer un poco de “arqueología experimental” y filmarlo para, tal vez, meterlo en el documental que estamos rodando con Javier Trueba, la segunda entrega de “En Busca de Djehuty”, que tendrá al jardín como uno de los temas centrales. El lugar, junto al Marsam y con la montaña tebana de fondo, no puede ser más idílico.
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David y Gamal hacen la fotogrametría de la unión de su pozo con la tumba grande de la dinastía XI o XII.
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Botellita con decoración pintada muy original, de la dinastía XVII, hallada en el pozo de David.
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Entre los restos humanos y montañas de lino también ha salido un reposa-cabezas.
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Pía comienza a limpiar un fragmento de ataúd del pozo de Angie.
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Pía baja al pozo de Angie para ayudarla a levantar los objetos más frágiles.
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Angie e Ibrahim posan antes de salir del pozo.
Y ha sido el último día de excavación en algunos de los frentes donde estamos excavando. David deja su pozo inacabado, pero en una situación super interesante para continuar el año que viene. Carlos también termina hoy con sus trabajadores y mañana podrá dedicarse, entre otras cosas, a realizar un dibujo de la capilla que ha excavado Laura. A Angie le queda muy poco para terminar de excavar su pozo, por lo que continuará mañana con Ibrahim, y también lo hará Laura en la capilla y José Miguel arriba de su pozo. En la jaima de restauración de pía se empiezan a acumular las piezas para limpieza y consolidación, las cuales habrá que fotografiar antes de dar por finalizada la campaña. Y mientras todo esto está ocurriendo fuera, no nos olvidemos de que la restauración continua en las tumba de Djehuty y de Hery a muy buen ritmo.