20 febrero 2002

Trabajo de campo

Cámaras y acción

Hoy hemos compartido la jornada con el equipo de una productora de televisión. Nuestro trabajo se ha visto inevitablemente ralentizado por la presencia de las cámaras, entrevistas, repetición de planos, etc. De todas formas, creemos que habrá merecido la pena cuando se vean en la pantalla las imágenes grabadas. Nuestra idea es hacer pública nuestra investigación y ofrecer al mayor número de gente la posibilidad de acercarse a este microcosmos de arte y de cultura que son las tumbas de Djehuty y de Hori. Por eso elaboramos la página web y por eso concertamos antes de salir de Madrid la filmación de un día de nuestro trabajo en la excavación.

Por otro lado, los trabajadores han continuado con su ritmo habitual. A primera hora, en el sector Sur supervisado por Marga ha salido un número considerable de fragmentos de cartonaje policromado. En el sector de Andrés, en el Norte, han salido varios fragmentos de inscripción en bajo relieve, un fragmento de cerámica con un dibujo en tinta negra del torso de un hombre y, como no, otro cono funerario de Djehuty.

Trabajo de gabinete

El estudio de las piezas ha sido la faceta de nuestro trabajo que más se ha visto alterada por la presencia de la televisión. Ana ha intentado seguir fotografiando y al menos ha conseguido terminar de documentar lo que le faltaba de los relieves del vestíbulo de Djehuty. Por la tarde incluso ha sacado fotos a algunos materiales con la ayuda de Marga.

Alicia y Antonio, en la sala transversal de la tumba, a duras penas han podido seguir revisando y clasificando los materiales encontrados. Andrés, en la ‘jaima’, ha estado rellenando fichas de materiales. José Manuel ha dedicado el día al equipo de la productora, desde acompañarles a la oficina de los inspectores para pagar el permiso de grabación, hasta guiarles a lo más profundo de la tumba. A las cinco de la tarde, cuando cerramos la cancela, estábamos todos realmente agotados.

Hoy miércoles ha sido día de paga porque mañana es fiesta. Comienza el ‘Aaid’ o la ‘fiesta del cordero’. Hemos pagado a casi sesenta personas. Como el muro de protección del yacimiento esta ya prácticamente acabado, hoy era el último día de veinticinco de nuestros hombres. A éstos, además de la paga habitual, les hemos dado una buena propina, un ‘bakshish’ que, desde luego, se han ganado a pulso. Todos estaban muy contentos y durante la hora que ha durado el reparto de la paga han estado aplaudiendo y cantando vivas al ‘rais’, al ‘mudir’ y a ‘Bank’. Aunque todavía nos quedan días, da la impresión de que este es el primer paso hacia el final de la campaña.

Vida cotidiana