20 enero 2007

Después del día de descanso, todos teníamos ganas de ponernos manos a la obra. Hoy se presentaron tantos hombres para intentar ser contratados esta semana, que retrasamos la contratación de nuevos trabajadores hasta mañana. Tenemos planeado contratar a quince más, ahora que nos sentimos preparados para aumentar el ritmo de trabajo.

A primera hora colocamos en la jaima los carteles de la Fundación Caja Madrid, que a partir de este año son los patrocinadores exclusivos del “Proyecto Djehuty”. Desde aquí les agradecemos su apoyo y la confianza que han puesto en el proyecto.

Carlos y Juan han estado todo el día “limpiando” con mimo el suelo del patio de Djehuty, para sacar a la luz los restos del mortero que lo recubría y conjuntos de fragmentos de cerámicas, tal vez rotas en pedazos intencionadamente como parte del ritual funerario eh honor de Djehuty.

Seguimos descendiendo en el pozo funerario del exterior. Al final del día hemos descubierto que el muro de adobes del lado oeste no se apoya sobre la roca madre (“gebel”). El rais Alí ha tomado los mandos y lo ha calzado con adobes nuevos y cemento, después de apuntalarlo con unos maderos. Mañana esperamos poder proseguir el descenso sin peligro, ni para el muro, ni, por supuesto, para el excavador. Hoy, después de la necesaria burocracia, se ha incorporado a la campaña Ahmed Bahdadi Yusef, el restaurador egipcio que nos ha acompañado ya en tres campañas. Pía y él se han dedicado a consolidar los restos del mortero que recubría las paredes del patio de Djehuty.

En el interior de la tumba de Djehuty, Sayed sigue excavando en el anexo, sobre la tierra y piedras que llenan la sala. El primer objetivo es tratar de frenar la caída de escombros a través del agujero que se abre en el techo. El problema es similar al que nos enfrentamos el año pasado en la capilla de Djehuty, y el sistema que vamos a seguir para solucionarlo va a ser similar, es decir, provocar pequeños desprendimientos desde el interior hasta que se refleje en el exterior el otro extremo de la “chimenea”. Cuando esto ocurra, atacaremos el problema desde arriba.

Dentro de la capilla de Djehuty, Andrés y Yuma prosiguen con la excavación, mirando piedra a piedra. El trabajo es lento, pero tiene recompensa. Hoy han hallado una docena de fragmentos que se había desprendido de la pared. Son las piezas necesarias para la futura restauración de los relieves que la decoran.