Hoy me vais a disculpar un poco, pero es que estoy más cansado de lo normal, será de tanto subir y bajar al pozo, y de ir de un lado a otro. Y es que el yacimiento ya va teniendo un tamaño y los paseos son cada vez más largos. Además, hay muchos frentes abiertos que queremos dejar rematados para el fin de semana, es decir, para cuando termine la jornada del jueves. También he tenido líos burocráticos en la oficina del Servicio de Antigüedades en el West Bank (el “taftish”) y he tenido que hacer llamadas a Luxor y a El Cairo, y eso acaba casi cansando más que el trabajo físico. En fin, menos mal que hoy ha hecho un día muy agradable y la tarde ha sido cálida y tranquila.
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Yuma sujeta la escalera en lo alto del pozo que él excava con José Miguel.
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Fragmento de inscripción en caliza con el cartucho con el nombre de la reina Ahmose-Nefertari.
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Cono funerario de Pawah.
Lo más notable del día de hoy ha sido que Pía, con ayuda de Lucía, está juntando muchos trozos del papiro con el Libro de los Muertos que hallamos ayer. Y Lucía, a su vez, ha juntado hoy también varios fragmentos del Libro de los Muertos de Djehuty.
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Hazem, siempre sonriente, muestra orgullos una de sus cerámicas recompuestas.
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Primer día de Javier Trueba en el yacimiento.
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Ayada dibuja cerámica ante la atenta mirada de Sahara.
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Pía en su jaima de restauración.
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David registra los materiales que han salido en su zona de excavación.
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Excavación en el pozo del mudir.
En uno de los dos pozos que supervisa José Miguel, en el que excava Yuma, se han alcanzado las cámaras funerarias. A una profundidad de 3, 75 m. ya vemos el dintel en ambos extremos, en el Este y en el Oeste. La del Oeste será la principal y, por tanto, probablemente sea la más grande. En la excavación de hoy sólo se ha ido saliendo cerámica de comienzos de la dinastía XVIII lo más tardío, lo que parece ser un buen síntoma. Pero habrá que esperar. Una vez más toca ser pacientes.