Mañana es el último día de Lucía y Cisco, así que hemos organizado una “Spanish Dinner in la Harwa” para despedirles. Con jamón, chorizo… nos faltaba vino de Rioja o Ribera, pero lo hemos solventado con Stella’s bien frías. Luego Angie se ha arrancado a cantar “clásicos” de los de toda la vida y la cosa ha ido degenerando… Los “gurus” lo llamarían “coaching”, antes “terapia de grupo”, pero en realidad lo que es es un grupo que se lleva fenomenal, que trabajan un montonazo y que también saben pasárselo bien juntos. Muchas veces se dice que no hay que mezclar lo personal con lo profesional, y es verdad, y aplicable en muchos casos, pero también es verdad que acaba siendo difícil de separar y que para que el equipo rinda y funcione bien en el trabajo tiene que haber “conectividad” entre el grupo.
Bueno, el caso es que hoy ha hecho mucho calor. Angie tenía más de quince capazos de cerámica pendientes del día anterior, así que decidimos que sus cuadrillas no excavaran hoy para que ella pudiera procesar todo el material, y hemos recolocado a sus trabajadores en otros lugares del yacimiento. En el Sector 10 Sur ayer acabamos de excavar el pozo de delante de la capilla de adobe, y hoy hemos comenzado a excavar el que está junto a él, a poco más de un metro al sur. Aunque este no tiene capilla delante y parecía un pozo secundario, al poco tiempo de comenzar a descender se vió que el brocal, hecho de adobe, estaba mucho mejor construido que el otro, mucho más sólido y regular. Ya veremos si el contenido acaba estando a la altura de su calidad constructiva.
La restauración está avanzando a pasos agigantados, tanto en la recolocación de bloques en la capilla, como en el pasillo, con la instalación del techo de metal. Al final de la jornada Nacho y Abdallah han terminado de colocar la rejilla fabricada a medida, y mañana la retirarán para pintarla y volverla a instalar ya definitivamente. Todo parece indicar que va a acabar tan bien como bien como quedó el año pasado el falso techo en la capilla, al fondo del todo.