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Jesús escanea la momia de la dama blanca
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José Manuel y Jesús trabajan con el escaneo de momias
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Detalle de la momia de mono
Todos los años, en algún momento, por una razón o por otra, tenemos que ir al almacén del Servicio de Antigüedades, donde se guarda gran parte de los materiales hallados en campañas pasadas, sobre todo cerámica, restos humanos, fragmentos de ataúd y conos funerarios. Esta vez, el principal objetivo ha sido el hacer nuevas radiografías a los principales restos humanos, como la “Dama Blanca”, “Valentina”, Neb, la parte superior de una niña nubia, la momia de un mono, etc. La Dama Blanca, que debió vivir y morir durante la dinastía XXI, entorno al año 1000 a. C., la hallamos en la segunda campaña, a pocos metros de la fachada de la tumba de Djehuty. Al año siguiente la radiografiamos, pero con una máquina de rayos-x antigua, por lo que, aunque las radiografías no permitieron conocer los detalles físicos más básicos de la mujer, nuevas radiografías son más que bienvenidas.
Valentina, descubierta un 14 de febrero bajo el suelo del patio de entrada a la tumba de Djehuty, perdió su sudario y sus huesos estaban guardados sueltos en una caja. De nuevo, una radiografía en condiciones permitirá saber más detalles de su relativamente larga y azarosa vida, en torno al año 2000 a. C. Un caso distinto es el de la niña nubia, que falleció a los tres o cuatro años de edad. Su cuerpo fue extraordinariamente bien momificado y conserva gran parte de la piel de los brazos. En la dinastía XXI, alrededor del año 1000 a. C., la calidad de la momificación era excelente, enormemente cuidada, en muchos de los casos. La niña debió pertenecer a una familia de la elite de la antigua Tebas, pero a pesar de ello probablemente sufrió algún tipo de problema digestivo, pues su estructura ósea refleja una edad menor que la de sus dientes.
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Escaneo de la momia de mono
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María y Bettina trabajando en los almacenes
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Nacho y Yasin abriendo la tumba de Iqer
La momia del mono la encontramos en 2006, junto al pozo que se abre a la entrada de la tumba -399-, entre Djehuty y Hery. También está extraordinariamente bien momificado, incluso su cerebro fue extraído del cráneo a través de las fosas nasales, como se les hacía a los humanos. Era un mono de corta edad, pues algunos de sus dientes todavía no habían salido cuando murió, al parecer no por causas naturales, sino sacrificado. Era costumbre entre la elite egipcia de la dinastía XVIII tener monos como mascotas, domesticados, y en las tumbas a menudo se les representa debajo de la silla del propietario comiendo frutos de una cesta, o acompañando a un grupo de bailarinas que amenizan un banquete al ritmo del arpa y panderos. Estos dos motivos iconográficos aparecen en la tumba de nuestro Djehuty.
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Los interiores de la tumba de Iqer
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¡Almacenamiento ordenado!
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Descendiendo a la cámara sepulcral de Hery