Después de la intensa actividad de ayer, hoy en el yacimiento se ha empezado a respirar algo de calma. Comienza la cuenta atrás hacia el cierre de la campaña. No nos ha dado tiempo a excavar ninguna de las cámaras de los tres pozos que estaban activos, y quedan pendientes para el año que viene. Por ello, en lugar de cerrar la boca del pozo, cerraremos con adobes la entrada de cada una de las cámaras. Hemos pensado que mejor no dejarlas a medias, y así tendremos unos días para sacar adelante algunos artículos que tenemos pendientes. La verdad es que la excavación de los pozos a resultado más entretenida de lo planeado, sobre todo porque los saqueadores de época antigua arrojaron las momias fuera de la cámara sepulcral y eso complicó la excavación. El año que viene entraremos directamente en las cámaras y esperemos que los saqueadores hayan dejado algo interesante.
Aunque arriba de los pozos encontramos huellas de saqueos modernos, telas del siglo XIX, cuerdas, etc., en el interior de los pozos no nos hemos tropezado con nada moderno, y la cerámica era casi exclusivamente de la dinastía 17 o comienzos de la dinastía 18. Y digo exclusivamente porque en el caso del pozo supervisado por Gudelia y Beatriz, María ha identificado cerámica del Reino Medio. Curiosamente, estas cerámicas más antiguas parecen haber sido reutilizadas en la construcción y acabado de los pozos.
Las momias de los pozos han acabado en la mesa de Jesús, para ser analizadas y radiografiadas. Parece que se confirma que pertenecieron a los ocupantes originales de la dinastía 17 o comienzos de la dinastía 18. Si bien la tela que actúa como sudario es bastante burda, las capas más internas ya son de mejor calidad, casi gasas de color beige. El estado de conservación de los cuerpos es bastante malo debido al maltrato recibido por los ladrones, pero seguro que Jesús podrá extraer información interesante sobre quiénes fueron enterrados en estos pozos.