19 febrero 2007

En la excavación del montón de tierra y piedras que llena casi toda la sala transversal de la tumba intermedia, hoy han salido quince fragmentos de relieve procedentes de las paredes del pasillo de la tumba de Hery. Lo interesante es que algunos de ellos no se incluyen en los «squeezes» (= calcos) que Spiegelberg sacó de las paredes en 1895. Parte de la pared ya estaba rota por entonces. Esta parte de la pared, la que se toca con la sala transversal de la tumba intermedia, está en muy mal estado, con profundas grietas que hacen peligrar su estabilidad e integridad. Por ello, antes de seguir excavando en esta parte, el año que viene, tendremos que pensar una forma de garantizar que no se nos desplomará el muro al retirar la tierra que ahora le sirve de apoyo.

En la vecina tumba de Djehuty, Juan y Carlos han estado todo el día topografiando la capilla y el anexo. Mientras tanto, Sergio ha seguido dándole vueltas al origen del «lavado» de algunas partes de las paredes de la tumba, y a la cronología relativa de las inundaciones y fuegos que se sucedieron en el interior.

En el exterior, en la cata donde excava Kamal, hoy hemos hallado una impronta del «sello de la necrópolis» en bastante buen estado de conservación.

Para hacer sitio en el interior de la tumba de Baki, que utilizamos provisionalmente de almacén, hemos bajado a los pozos algunos de los materiales menos lucidos y que ya hemos estudiado. El problema de espacio sigue siendo uno de los más complejos de solucionar por el momento.