19 enero 2018

El primer viernes de la campaña, nuestro primer día de descanso, ha tenido un poco de todo. Quedamos a desayunar a las ocho y, como hoy hacía un poco de fresco, desayunamos dentro, lo que le quita un poco de encanto a la reunión matutina. A mí me tocó luego subirme al “chiringuito” a poner al día el Diario de Excavación, que todavía no lo habíamos estrenado en esta campaña. Otros muchos también se quedaron trabajando en el hotel, pero hubo quienes tuvieron más suerte y se dieron un paseo por los campos de cultivo y los alrededores del hotel. El día se pasó tranquilo y pudimos poner al día algunos temas, relacionados con la excavación que comenzaremos mañana, con la base de datos, etc. Además, Gudelia y Marisol convencieron al mudir para abrir una cuenta en Instagram. ¡Cielos! Un antes y un después en nuestras vidas de (no)nativos-digitales. Al atardecer, continuó el trabajo en “el chiringuito” hasta tarde, cuando se pasa del Nescafé a un güisqui con hielo y se van solapando y mezclando los temas de conversación. Uno de los momentos más memorables de cada campaña es el trabajo en grupo en la sala común que llamamos “el chiringuito”. La cena, como todos los años, es a las nueve, pero ya son pocos a los que se animan a bajar a cenar después de una comida tardía y una “merienda” improvisada. Algunos volvemos al teclado del ordenador hasta casi media noche. Y es que aquí los días se pasan volando.