La excavación ya avanza a pleno rendimiento, con un centenar de trabajadores distribuidos por todo el yacimiento. En la zona que está excavando David, a pesar de que todavía están en un nivel de revuelto superficial, a una profundidad de unos 30 cm por debajo del nivel del suelo actual, ha salido a la luz una tapa de vaso canopo de comienzos de la dinastía XVIII, con la carita muy bien moldeada en cerámica margosa. No muy lejos de allí salieron un grupo de shabtis elaborados con molde del Tercer Periodo Intermedio.
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El pozo funerario ya casi totalmente a la vista.
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Reapertura de la tumba de Djehuty-nefer.
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Tapa de vaso canopo hallado en el área de David.
En el área de José Miguel, la boca del pozo ya está perfectamente delimitada y todo ha quedado listo para comenzar la excavación del interior del pozo mañana mismo. Entre el pozo y la capilla de adobe de Intefmose está saliendo una enorme cantidad de cerámica. Algunos platitos se encuentran colocados tal y como se dejaron sobre el suelo hace 3600 años. El patio de entrada de la pequeña tumba perpendicular a Djehuty-nefer, es decir, la que acaba rompiendo el techo de Djehuty, nos reservaba la primera sorpresa de la campaña, pues no esperábamos encontrar nada significativo en el terreno de relleno. Justo en el medio, Carlos halló rotas en pedazos , un par de figurillas femeninas de barro, probablemente acostadas sobre camas, junto con pequeñas vacas y platitos con molduras, todo ello de un marcado carácter hathorico.
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Lucía trata de unir fragmentos del Libro de los Muertos de Djehuty en su “chiringuito” instalado en la tumba de Baki y Ay.
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Retirando las vigas de hierro que sostenían en el aire el muro izquierdo del patio de Djehuty.
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Suni retirando el barro de la superficie de la pared de la sala transversal de Djehuty.
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Salima y Roxie revisan las telas que envolvían los restos de un individuo hallado el año pasado.
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Entrada a la galería subterránea a través de un agujero en el pasillo de la tumba intermedia -399-.
Un segundo grupo de Carlos ha comenzado a excavar el interior de la tumba de Djehuty-nefer. Por lo que podemos ver desde la entrada resulta ser más grande de lo que suponíamos. La sala principal debe tener unos nueve o diez metros de largo. A la derecha se abre una sala bastante amplia que debe hacer las funciones de sala transversal aunque le falte un ala debido a la orientación con la que fue tallada en la roca de la montaña. El terreno superficial es grisáceo y polvoriento, con gran cantidad de paja. Un “piso” más abajo, el equipo de restauración sigue con la limpieza de la sala transversal de Djehuty, a la vez que Lucía ha retomado el estudio del Libro de los Muertos de la cámara sepulcral de Djehuty.
Para completar la actividad dentro de la “catacumba” que tenemos dentro de la montaña, Salima y Cisco sacan huesos quemados sin parar del pozo que se abre el fondo del todo de la tumba intermedia -399-, tanto humanos como de animales, todos ellos mezclados con un polvillo blanquecino terrible.