La esencia de la ciencia es formularse preguntas, aunque a veces la respuesta no sea sencilla o incluso sea esquiva. Los problemas siempre son complejos y las respuestas, por tanto, no pueden ser sencillas. Uno puede estar más o menos acertado en su respuesta, pero la mera formulación del la pregunta, la identificación, disección y descripción del problema, para terminar con la construcción lógica de la argumentación de la hipótesis es ya de por sí un gran paso hacia delante. Todo esto viene a cuento porque los tres geólogos, Teresa, Sole y Sergio, han estado estos días dándole vueltas a la estratigrafía del corte arqueológico. El asunto no es nada sencillo, tratar de deducir y reconstruir cómo y cuándo el patio y el jardín fueron cubriéndose con arena. Tal vez no consigamos alcanzar todas las respuestas sobre el clima y el régimen de lluvias en la necrópolis dela antigua Tebas, pero sí conseguiremos ir fijando una básica secuencia de eventos climáticos como quien va subiendo una escalera peldaño a peldaño. En la ciencia, como en la vida, lo bonito y valioso es el camino hacia la meta y no la meta en sí misma, la enjundia está en el desafío de enfrentarse a un problema por resolver. Esta misma filosofía también subyace en el Diario de Excavación, el mostrar el proceso del trabajo, cómo se van superando los obstáculos, las dificultades, los errores y los cambios de estrategia.
En el pozo que excava el equipo supervisado por Carlos ya han descendido cuatro metros. A esta profundidad queda la base de un murete de adobes de algo más de un metro dela altura que atraviesa el pozo perpendicularmente. Parece ser que fue levantado no por los primeros saqueadores, sino al menos por los segundos, pues se levanta sobre un nivel de espolio, con restos humanos esparcidos por todo este nivel dentro del pozo. Hasta aquí ha salido bastante poco material; a partir de aquí veremos lo que dejaron tras de sí los primeros saqueadores.
Tina, haciendo un paréntesis en su trabajo con la universidad de Chicago en el templo de Medinet Habu, ha vuelto hoy al yacimiento para terminar de revisar los grafiti demóticos y perfilar los dibujos que de ellos traza en su iPad. La mayoría de los que hacen epigrafía digital utilizan el programa Adobe Ilustrator, pero los dibujantes de la Epigraphic Survey de la universidad de Chicago dibujan con un programa llamado Procreate y luego lo retocan con Photoshop, una técnica que te permite, sobe una orto-fotografía de alta resolución, calcar con lápiz como si estuvieras dibujando sobre un papel. El resultado es una línea mucho más natural y fluida que cuando trabajas con vectores. Es una suerte contar con Tina y su marido Richard en el equipo, pues el trabajo que están realizando con los grafiti es excelente.