18 enero 2025

Como el escaneo de la superficie del yacimiento ya ha terminado, hoy hemos empezado a levantar las jaimas en su lugar de siempre. Hemos aumentado el número de trabajadores, así que hoy nos hemos reencontrado con más de los veteranos, con Ibrahim, Salem, Ahmed, Hagag, Anter, Taalat… Con algunos de ellos llevamos trabajando juntos más de veinte años. La verdad es que es una suerte trabajar sintiéndote en familia. Todos ellos son, además de buenos excavadores, buenas personas, muy comprometidas y muy dispuestas a ayudar en todo momento.

En el interior de la tumba, Carmen ha continuado con la epigrafía, mientras que los demás reunían y organizaban el material de excavación y restauración. Todo ha quedado listo para comenzar la excavación mañana. Esta noche se unen al equipo cinco miembros más: tres arqueólogos (José Miguel, Ainara y David), una ceramista (Zulema) y un arquitecto (Nacho). Así, el equipo de excavación queda bien conformado para comenzar a trabajar a pleno rendimiento.

 

A las diez de la mañana, como todos los años, hacemos un descanso de media hora para almorzar. El almuerzo es tipo egipcio, e incluye una lechuga muy alargada que los egipcios toman tal cual, sin aliñar, y que recuerda a las lechugas que se representan en las mesas de ofrendas y que debieron plantarse en nuestro jardín funerario del año 2000 a. C. Además de lechugas, en los jardines cuadriculados como el nuestro se solían plantar cebollas, que también forman parte del almuerzo egipcio de hoy en día, y se cultivan en rectángulos bien diferenciados del resto de los productos, como el trigo, habas, alfalfa, caña de azúcar.