Para el papeleo de hoy no ha habido que cruzar el Nilo, tocaba en el West Bank, y ya habíamos cogido ritmo, así que no ha parecido tan pesado como ayer. En el “taftish”, la oficina del Servicio de Antigüedades de esta orilla, se presentó Inspector asignado para esta campaña, Montaser, un chico joven, padre ya de dos niños, muy dispuesto y agradable. A media mañana ya estaba todo listo para irnos todos al yacimiento a abrir las tumbas.
Al llegar al yacimiento, como de costumbre, nos estaban esperando un grupo de nuestros trabajadores más allegados, Yuma, Taalat, Saad, Salem… El yacimiento se ha conservado de un año para otro en perfecto estado, incluso limpio. Ni siquiera los perfiles del corte de la excavación han sufrido demasiado. El guardia (“gafir”) de la zona registró en su cuaderno nuestra llegada y la apertura de las tumbas. También el interior estaba tal cual lo dejamos el año pasado, sólo con un poco más de polvo en el suelo y en las paredes, nada más.
Rápidamente los chicos se pusieron manos a la obra y comenzaron a levantar las jaimas. Mientras, nosotros discutíamos sobre cómo comenzar la excavación, los grupos de trabajadores que necesitaríamos contratar, y las vías por donde se desplazarían los canasteros. Con Nacho comenzamos ha darle vueltas sobre el terreno a cómo construir el nuevo cerramiento de la fachada de Djehuty, y cómo proceder para que la seguridad de la tumba nunca quede expuesta. De España hemos traído planchas de policarbonato para hacer tragaluces para que los relieves de la fachada se iluminen con luz natural, pero sin duda habrá que comprar material en Luxor.