18 enero 2015

El yacimiento ya ha adquirido la actividad diversa y frenética de siempre. Dentro de la tumba de Djehuty, Nieves y tres restauradores egipcios, Mohamed, Saadi y Ahmed han retomado con energía la restauración del pasillo. Lucía ha montado una mesa delante de la estela biográfica de la fachada y recompone allí los fragmentos del Libro de los Muertos de la cámara sepulcral de Djehuty. En las profundidades del pozo funerario de Hery, Salima y Cisco, que se han incorporado hoy al equipo, han vuelto a enredarse entre los cientos de momias de ibis y halcones. Y a mitad de mañana nos hemos ido Salima, Pía y yo al almacén del Servicio de Antigüedades para reunirnos con Neb. Encontramos todo en perfecto estado, limpio y ordenado, y hasta el responsable de traer las llaves del portón llegó puntual a la cita. Abrimos el arcón, desmontamos uno de los laterales y volvimos a sorprendernos de la belleza del ataúd-rishi de Neb. Pía se quedó con la tapa y rápidamente se puso manos a la obra. Mientras, Salima se sentó junto a la caja para analizar la momia. Como el sudario está en un estado de conservación algo precario, pueden observarse gran parte de su estructura ósea.

La excavación ha seguido su curso, pero poco a poco se va animando. Por debajo del muro de Djehuty ya hemos descendido más de un metro y lo que podemos decir por ahora es que la sujeción metálica que montó Nacho parece funcionar. Arriba del todo, en el sector que supervisa Carlos ha salido a la luz más de la estructura de adobe que tenía un frente tipo “fachada de palacio”. La nueva sección está formada por una bóveda de cañón hecha de adobe. La combinación de ambos elementos recuerda el dibujo que en su día, hace más de cien años, se hizo de la fachada de la tumba de Nebamon, perdida desde hace mucho. Pero como algunos de los adobes tienen la impronta de “el supervisor del Tesoro Djehutynefer”, habrá que esperar para ver aquien asignar finalmente la tumba por descubrir.

En el Sector 10 Sur, Angie y David parece que están alcanzando ya el nivel que denominamos “pre-gebel” y que precede el nivel donde hallamos los ataúdes y la boca de los pozos funerarios. Pudiera ser que las sorpresas no se hicieran esperar hasta el final de campaña, como suele ocurrir.