18 de febrero 2025

En el pozo funerario ubicado detrás de la capilla grande, el rais Ali ha utilizado el martillo neumático para romper la parte de roca que quedaba entre la viga de hierro que sujeta la bóveda de ladrillos y el techo de la cámara sepulcral. El sistema ha funcionado muy bien, hemos ido rompiendo poco a poco la roca caliza, aprovechando las fisuras naturales, sin causar demasiada vibración en la roca inestable. Al final, hemos conseguido retirar toda la roca por encima de la cámara y, así, la viga de hierro y los ladrillos actúan como nuevo techo. La cámara se ve parcialmente llena de lascas de caliza. Sobre la superficie se ve un cráneo y bastantes fragmentos de ataúd en mal estado. Si bien la cámara consiguió librarse de los ladrones modernos, queda ahora meridianamente claro que los ladrones de época antigua sí que accedieron a su interior y lo machacaron todo, el ataúd y hasta el cuerpo del individuo aquí enterrado.

Arriba de la colina, la excavación la supervisa ahora en solitario Miguel Ángel Hervás. Poco a poco vamos retirando el estrato de piedras sueltas y escombro que tiraron por aquí, colina abajo, excavaciones más arriba en la colina. Entre ese vertido ha salido hoy una cerámica completa de la dinastía XVII. Está completamente fuera de contexto, pero tal vez pueda interpretarse como un guiño sobre lo que nos espera cuando finalmente lleguemos a los niveles antiguos de la colina.

Laura ha terminado hoy la excavación de su zona y ha levantado la última cerámica caída sobre el suelo que, como las anteriores, data de la dinastía XIII. Como ya hicimos días atrás, las cerámicas han pasado por la máquina de rayos-x de Jesús. En las radiografías se puede ver muy bien, no solo el grosor de las paredes, sino también se aprecia bien las distintas partes que conforman la pieza. Sin duda, este recurso supone una nueva forma de analizar la producción de cerámica.