17 Febrero 2020

Ahmed, bajo la supervisión de Joan, ha terminado de pintar el techo del cerramiento de la entrada a la tumba de Djehuty. Aunque nos gustaba también como estaba antes, creo que ahora queda mejor, al menos más uniforme. También el color es más claro, lo que le da al espacio algo más de luminosidad. Por su parte, Miguel Ángel ha terminado de pintar la cancela de metal de la tumba de Hery de color negro. Queda muchísimo mejor que antes, dándole a la fachada un mayor aspecto de tumba. La restauración de la tumba puede darse por terminada, y la de Djehuty podrá estar lista la próxima campaña. Si nada se tuerce, para el veinte aniversario del Proyecto estaremos en condiciones de ofrecerle al Ministerio de Antigüedades la posibilidad de abrirlas al público. Ese será nuestro objetivo para el 2021.

Estamos haciendo un gran esfuerzo por musealizar no sólo las tumbas, sino también el exterior, el yacimiento entero, que el visitante tendrá que atravesar para llegar andando hasta ellas. Hemos cambiado el cerramiento metálico de los pozos y consolidado las capillas de adobe, tratando siempre de intervenir lo menos posible con materiales nuevos. La verdad es que el yacimiento cada vez se ve más bonito y más interesante.

Hoy ha sido el último día de excavación en las zonas con mayor potencial. Los excavadores necesitan ahora dos días para terminar de procesar sus hallazgos. El miércoles y jueves seguiremos con los mismos trabajadores, pero se concentraran todos en retirar los últimos niveles de basura moderna delante del Sector 10 y 11, con el fin de dejarlo todo listo para que el año que viene comencemos a excavar en zonas de mayor interés. Serán un par de metros de potencia de lascas de piedra caliza hasta alcanzar niveles de la dinastía 17, pero al menos ya no habrá plásticos ni “cultura material” del siglo XX-XXI. Triste es que lo que más caracterice al cambio de siglo en arqueología sea el desmesurado uso del plástico.