17 febrero 2016

Ayer fue el último día de excavación y, sin embargo, hoy hemos seguido excavando. Las cosas ocurren así, imprevisiblemente. Y es que lo típico es que todo ocurra al final de campaña, pero esta vez ha sido en el último día, casi en el último minuto… Y por eso hemos tenido que continuar hoy en el área que supervisa Kristian. Es el más joven del grupo, y su primera campaña con nosotros. Tenía asignado el sector menos lucido. Primero casi dos metros de basura moderna, polvo gris mezclado con pajas de corrales de animales, y durante muchos días los grandes hallazgos de su zona eran los souvenirs que las tiendas de alabastro cercanas tiraban a un lado. Luego vinieron otros dos metros de lascas y bloques de caliza con alguna sorpresa gratificante, pero pocas. A pesar de ser su primera campaña ha tenido bajo su supervisión más grupos que nadie nunca, y la verdad es que lo ha sabido llevar con buen humor y, a la vez, con firmeza. Y ahora, en el último momento, ha tenido su recompensa. Su momento de gloria. Y se le veía encantado.

Como ya no teníamos casi trabajadores y el yacimiento estaba limpio y despejado, hemos aprovechado para hacer una topografía general del exterior del yacimiento y también unas fotos desde la escalera y con la pértiga. Mientras tanto, los restauradores aceleraban su trabajo, para poderle pasar a Pito más piezas limpias y consolidadas para que sacarlas foto. La cadena del proceso de materiales funciona muy bien, pero como muchos de los objetos los encontramos rotos, o con incrustaciones de barro y, además, muchos de ellos los hemos hallado en lo últimos días, el atasco en la jaima de restauración y en la mesa de fotografía ha sido inevitable. Y a ello se le suma, que también en la excavación son importantes las fotos finales de cada zona. En fin, que ha sido un día acelerado.

Por si fuera poco, como mañana vamos a llevar al almacén del Servicio de Antigüedades bastantes piezas, hoy ha habido que preparar con el Inspector la lista de todo. Hasta las cuatro ha durado hoy la jornada, y con un calor muy intenso. Los cierres son también complicados por la burocracia. Mañana deberá quedar todo ya atado y bien atado.