Hoy ha hecho un día bastante frio. La temperatura ha rondado los diez grados, pero la sensación térmica ha sido mucho menor, probablemente sugestionados por la circunstancia de estar en Egipto, donde uno no se espera que se te agarroten las manos de frio y no quitarte el forro polar en todo el día. Hoy hemos incorporado tres grupos más, por lo que la cantidad de gente y la actividad en los sectores 10 y 11 es más que llamativa. El caso es que cuatro de los grupos trabajan en el basurero del antiguo poblado de Dra Abu el-Naga. Aun así, junto a la zona de basura, una cuadrilla de José Miguel ha encontrado un fragmento de cerámica con un texto escrito en demótico.
A primera hora, los responsables de la excavación en el llamado cariñosamente “frente ruso” (el frio de hoy ha sido nuestro karma), han discutido como relacionar las unidades estratigráficas de aquí con las de la zona contigua hacia el norte/oeste que excavamos hace seis años, las cuales presentaban características comunes. Si bien se excava por parches, luego hay que hacer que éstos se correspondan y haya una continuidad.
Los restauradores se han concentrado hoy en la tumba de Djehuty. Tres de ellos han comenzado por las paredes de la cámara más interna, mientras que Suni y Rifai han estado trabajando en la sala transversal. A su lado, Carmen ha continuado dibujando la escena de banquete. Para ver mejor el relieve, hemos tapado las luces del techo con papel de aluminio e iluminado la escena con una linterna potente que íbamos girando para variar el foco de luz.
Al llegar al Marsam, hemos pasado los platos, cubiertos y vasos a una mesa de dentro, porque hacía un frío que pelaba. Incluso han caído unas gotas mientras comíamos. ¡Menudo contraste con la última campaña! En el mes de junio incluso enchufábamos una especie de aire acondicionado con hielo en el patio del Marsam para poder trabajar fuera por la tarde, y ahora estamos helados. ¡País de contrastes!