El primer viernes de la campaña siempre nos lo tomamos con algo más de tranquilidad que los otros. Aún así, algunos del equipo se han unido a Sergio y dos amigos suyos que estaban de visita y han ido de visita al templo de Dendera. Después de la restauración de hace algunos años, es uno de los templos más espectaculares de Egipto, conservando mucha de su policromía original, sobre todo en el techo de la sala hipóstila, que representa el firmamento, con las estrellas, constelaciones y signos del zodiaco. Otros nos quedamos en el Marsam trabajando un poco, y lo más lejos que llegamos fue a saludar de cerca de los colosos de Memnon.
Estos días está haciendo muy buena temperatura en Luxor. Por la noche refresca y algunos del equipo se han pillado el resfriado de rigor, pero por el día alcanzamos veinticinco grados. Comer al aire libre en el patio del Marsam, contemplando los campos de cultivo, no puede ser más relajante. Por la tarde ya estábamos todos arriba, trabajando en los ordenadores y discutiendo sobre la base de datos y cómo registrar los hallazgos cuando comencemos la excavación.