Hoy nos hemos reencontrado con nuestros trabajadores más veteranos y queridos, Yuma, Taalat, Ibrahim, Saabut, Hasan, Badaui y compañía. Un momento que se repite cada año, pero siempre muy emotivo. Rápidamente empezaron a sacar todo el material guardado dentro de las tumbas y a montar las jaimas. A las ocho vinieron al yacimiento Tina y Richard, los dos especialistas en escritura demótica, encargados del estudio y publicación del casi centenar de graffiti escritos sobre las paredes de las tumbas de Djehuty y de Hery, y también en algunas de las galerías que se abren a partir de ellas. Tina se une al equipo todos los años, pero Richard, por su docencia en la universidad Johns Hopkins, solo había podido estudiar los graffiti a través de las fotos y de los dibujos de Tina. Él mismo reconocía que ver los detalles materiales de la escritura y su contexto arquitectónico le otorga al texto su verdadera dimensión, y permite entender mejor algunos matices que el mero estudio filológico no alcanza.
En la gran tumba excavada en la roca que excavaba Carlos el año pasado, a la que se asocia el jardín funerario, habíamos guardados un par de docenas de capazos con materiales que no nos había dado tiempo a procesar el año pasado. Así que varios del equipo se pusieron, sentados sobre el suelo porque todavía no teníamos ni jaimas ni mesas, a procesarlos e inventariarlos. Mientras tanto, el mudir se volvió de nuevo al aeropuerto con el rais Ali, a intentar sacar la estación total de topografía. Después de otras tres horas de espera y papeleos, conseguimos, por fin, llevarnos la estación con nosotros. Una pequeña victoria que sabe a gloria.
Como hoy es jueves, la mayor parte del equipo se fue por la tarde a Luxor, a cambiar dinero y a comprar cosas que nos faciliten la vida cotidiana aquí. El frío sigue siendo incómodo, sobre todo al cruzar el Nilo por la noche. El centro sigue estando lleno de gente y con mucho movimiento. Los turistas poco a poco van volviendo, lo que anima el zoco y las calles aledañas. Durante los primeros días, de preparación, el tiempo discurre lentamente y ya a todos nos invaden las ganas de mayor acción. Habrá que esperar todavía al sábado.