17 enero 2016

Segundo día de excavación, y todo sigue sobre ruedas. Del equipo ya estamos aquí dieciocho. El viernes se incorporaron Salima, Roxie y Elena y el sábado por la noche llegó Cisco. Y todavía quedan dos más. A pesar de lo abultado del equipo, se sigue echando de menos a los ausentes. Salima y Cisco se han puesto de inmediato con la excavación de las cámaras del fondo del pozo funerario de Hery, que a su vez comunican con las cámaras del pozo de la tumba intermedia (entre Djehuty y Hery). Al final de la jornada ya habían extraído veinte capazos de huesos de ave carbonizados, para que Megan los pueda analizar cuando venga. En la jaima grande, la cerámica de Zulema y Elena ha tenido que dejar sitio a los huesos de Roxie, que ha comenzado revisando el material de los pozos excavados en las dos últimas campañas.

Suni es la nueva restauradora encargada de tomar el relevo de Nieves y continuar con la restauración de la tumba de Djehuty. La sala más interna y el pasillo central ya están terminados y ahora toca, avanzando de dentro hacia fuera, la sala transversal. Esta es la parte que peor conserva la decoración, con las escenas e inscripciones en relieve muy erosionadas. La superficie de las paredes tiene una gruesa capa de barro y tenemos cierta esperanza de que cuando la retiremos se puedan apreciar mejor las escenas que ahora sólo se vislumbran. Junto con Suni están trabajando tres restauradores egipcios, Mohamed, que lleva con nosotros ya unos cinco años, y dos nuevos, Hasan y Mohamed (II).

La excavación ha marchado hoy bastante bien, sobre todo gracias a que no ha hecho demasiado calor. En la zona de José Miguel ya se puede ver claramente el brocal de uno de los tres pozos que se esperamos sacar a la luz durante esta campaña. Y un poco más arriba, en la zona de Carlos, al final de la jornada hemos podido desmontar la última parte del muro moderno que protegía por arriba la entrada a la tumba de Djehuty. El plan es terminar retirando todo lo moderno que rodea a la fachada de Djehuty para el año que viene acometer la tarea de cambiar la “caseta” que cierra la entrada al monumento de una forma más atractiva.