17 enero 2009

Comienza para nosotros la primera semana de verdadera actividad y emociones. Hemos contratado a unos cuantos trabajadores más para comenzar a excavar dentro del agujero donde encontramos a Iqer, por debajo del nivel donde encontramos el ataúd. El terreno es duro, muy compacto, en parte debido a la presencia de agua en un terreno muy calcáreo. Curro, que en otras campañas se ha ocupado de revisar, seleccionar, empaquetar e inventariar los materiales que hallábamos, en esta campaña campaña va a supervisar un área de excavación.

Otro grupo de trabajadores, junto con Gemma, Carlos y Juan, han estado montando la escalera metálica en el pozo de Djehuty. La escalera mide poco más que la profundidad del pozo, por lo que, para que no se tambalee ni se mueva, hemos atado bien los dos tramos de que se compone, la parte de arriba la hemos fijado a un tablón atravesado sobre la boca del pozo y a media altura hemos colocado dos tablones de seguridad que fijan la escalera a las paredes. Ahora hasta los más pesados podremos bajar y subir con comodidad y sin riesgos. Luego, han dejado instalada ya la polea con la que se subirán las espuertas con el material proveniente de la cámara funeraria.

Pía y Nieves han continuado con la limpieza y consolidación del ataúd de Iqer. Han dejado listos los tablones laterales para poderlos retirar mañana con cierta facilidad y sin riesgos ni para Iqer, ni para las tablas pintadas. Mañana se unirá al grupo Salima Ikram para radiografiar la momia de Iqer y comenzar su análisis. Hoy ya se ha incorporado Roxie Walker, quien se encargará de estudiar los huesos hallados dentro de los pozos que fueron excavados en campañas pasadas. Ha comenzado con los numerosos restos óseos provenientes de las cuatro cámaras funerarias del pozo que se abre a la entrada de la tumba intermedia, la –399¬–, donde encontramos gran parte del equipamiento funerario de un enterramiento de comienzos de la dinastía XVIII.