16 febrero 2016

Hoy ha sido muy caluroso, alcanzando los 38º en la jaima de restauración, y también intenso en la excavación, con tensión abierta en todos los frentes. Y es que, como siempre ocurre, el final de campaña es como un embudo en el que todo va confluyendo y al final todo se desencadena en el mismo momento, en este caso, en el mismo día. En el pozo del mudir, han ido apareciendo fragmentos de la dinastía XXI-XXII con texto y viñetas del Libro de los Muertos. Ahora Pía deberá, en el poco tiempo que nos queda, colocar entre cristales los trocitos para que Pito pueda fotografiarlos y Lucía luego estudiarlos. Si a los fragmentos de papiro y a los trozos de lino escrito, se suman los cartonajes, el pozo ha resultado una mina “literaria” del tercer Periodo Intermedio.

En el Sector 10 Sur, mientras David dejaba perfectamente definido y limpio el patio de la tumba que él y su equipo han sacado a la luz, Kristian llegaba a los niveles antiguos mejor conservados, justo delante de la tumba de la dinastía XIII tallada en la roca de la montaña.. Por fin terminamos de excavar el nivel de lascas y piedras de caliza y alcanzábamos el nivel de tierra amarilla en el que el año pasado hallamos tanta cerámica de la dinastía XIII. Pero la cerámica que salía hoy era, siguiendo el dictamen de Zulema, de la dinastía XVII. Curro apuntaba que lo hallado en este nivel pudiera ser el resultado del saqueo de los pozos donde el año pasado encontramos los arcos y las flechas y absolutamente nada más.

Hoy hemos despedido a más de la mitad de los trabajadores, y mañana seguiremos sólo con unos pocos. Mañana toca documentar algunos objetos que todavía no hemos tenido tiempo de mirarlos con calma, hacer fotografías, topografiar las últimas estructuras, etc. Los restauradores egipcios, Hassán y los dos Mohamed también se han despedido hoy. Mañana seguro que será un día mucho más tranquilo que hoy… o no.