16 febrero 2010

La temperatura sigue subiendo y no da descanso ni por las noche. En el yacimiento hemos alcanzado 44º C. Trabajar después del descanso de media mañana se va haciendo cuesta arriba y al final casi es imposible. A pesar de todo, la excavación en la zona de arriba trata de acelerar para acabar el reforzamiento de la falda de la colina por encima de las tumbas antes de irnos. Y ya sólo quedan dos días de trabajo real, pues el jueves y el sábado los debemos dedicar a recoger la cerámica que tenemos esparcida sobre esteras, el material de trabajo, las jaimas, etc.

Hoy ha sido el último día de trabajo de Andrés, por lo que se ha dado por terminado por esta campaña el trabajo en la segunda inscripción biográfica de Djehuty. Se han vuelto a colocar en su sitio treinta y siete fragmentos. Andrés tiene ya ubicados al menos otros veinte, pero esos tendrán que esperar al año que viene. En el último momento del día, Andrés y el mudir han dedicado unos minutos a reconstruir el nombre del padre de Djehuty partiendo de los trazos que se conservan, pues, igual que su hijo, él también sufrió damnatio memoriae. El asunto es que todo parece indicar que su nombre fue escrito de forma distinta en la parte de arriba del monumento funerario y en la cámara pintada (abajo se conserva intacto). Incluso arriba, las dos veces que fue escrito, se hizo de forma distinta.

Chemi también se va mañana, y hoy ha dedicado la mañana a hacer fichas de materiales de los fragmentos de inscripción que han aparecido esta campaña en distintas partes del yacimiento. Hay que ir cerrando temas, por lo que tocaba ya sacar fotos a las últimas cerámicas que se han reconstruido, incluyendo una de las jarritas más bonitas de Djehuty. Y al final de la jornada, foto de grupo: no están todos los que son, pero son todos los que están.